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Retrasos subjetivos | Ezker Batua

Izquierda con visión olvidadiza de los últimos años

En estas elecciones Ezker Batua lo apuesta todo al rojo, aunque su deseo más profundo sea el de «virgencita, virgencita que me quede como estoy». La izquierda y la oración no son incompatibles. El propio Javier Madrazo es católico.

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Iñaki IRIONDO

Católico y algo amnésico, habría que añadir. O al menos parece sufrir algunas lagunas mentales sobre lo que ha estado haciendo en los últimos siete años. Cuando quiere, bien que recuerda que es consejero de Vivienda y Asuntos Sociales. En la página web de Ezker Batua y en sus folletos podrán encontrar 22 cosas que han hecho en los últimos cuatro años. Algunas, como la número 4 -«Participar en el diseño y la ejecución de las políticas públicas es un derecho. Impulsar la democracia directa, nuestro reto»- suenan más a promesa que a práctica.

Pero otras veces, a Ezker Batua se le va el santo al cielo y se hace un lío. Por ejemplo, una de sus cuñas de campaña pregunta si vas a votar a los que van a firmar tu ERE. Visto así, cualquiera respondería que no. Conclusión, no votes a Ezker Batua. Porque, es preciso recordar que Javier Madrazo es miembro del Gobierno que firma y autoriza o no tu ERE. Podrá aducir que no es su Consejería, pero en los gobiernos se está para lo bueno y para lo malo.

En otra cuña, que casi suena a coña, Ezker Batua pide que se apoye a la izquierda y no a los partidos que hacen políticas «de derechas» como el PNV. ¡Ay, esa cabeza! Todas, pero es que absolutamente todas las políticas «de derechas» que ha hecho el PNV en el Gobierno de Lakua -incluidas las recetas contra la crisis que ahora critica Madrazo- y en el Parlamento de Gasteiz las ha hecho de la mano de EB. Es más, todavía alguno se podría poner rojo recordando las piruetas verbales de Ezker Batua en las comisiones de investigación de los casos Balenciaga y Guggenheim para no perder el favor de los jeltzales. Y todo ello, por supuesto, sin olvidar quién es el aliado en el Ayuntamiento de Bilbo de ese gran líder revolucionario que es Iñaki Azkuna.

Incluso las críticas -que en su mayoría se puede concluir que son fundadas- que Ezker Batua hace al PSE, serían mucho más creíbles si casi todas las leyes del Departamento de Madrazo no se hubieran aprobado con el voto de Patxi López. Entre ellas, la famosa Ley de Suelo.

¿Firmas?, en las leyes

Si algo retrata esta situación de ciertos desajustes con la realidad que sufre Ezker Batua es la imagen que acompaña a estas líneas, donde Javier Madrazo estampa su firma en la iniciativa popular por una ley vasca de residuos. La iniciativa popular es la vía que siguen los movimientos sociales para intentar sacar adelante una ley porque están fuera del Parlamento y del Gobierno. Los partidos pueden presentar sus proposiciones de ley en la Cámara y los consejeros tienen en su mano firmar proyectos de ley.

Ezker Batua basa su campaña en «el orgullo de ser la izquierda» y la ilusión de que, visto lo hecho con 65.000 votos, a saber lo que podrían hacer con 100.000. Las encuestas, que les mantienen en tres escaños, no les vaticinan una subida de este tipo. De hecho, en los últimos meses ha sufrido una sangría de deserciones internas de militantes y cargos que se le escapaban, precisamente, por la izquierda.

Aunque quizá esto no sea más que un refuerzo de las señas de identidad. La tendencia de partidos pequeños a atomizarse es un clásico de la izquierda.

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