Los Tigres tamiles aceptan el alto el fuego, pero descartan una rendición
Acorralados por tierra, pero capaces de contraatacar en Colombo desde el aire, los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE) responden positivamente a los llamamientos internacionales a un alto el fuego inmediato, pero insisten en que la rendición no entra dentro de sus planes. Responden así al Gobierno de Sri Lanka, que ha reaccionado a las llamadas mundiales exigiendo a la organización armada tamil que entregue las armas.
GARA |
Los Tigres para la Liberación de Tamil Eelam (LTTE) aceptaron la petición internacional de un alto el fuego, pero descartaron totalmente el abandono de las armas y la rendición.
En una misiva difundida ayer por la página web Tamilnet, el líder político de la organización armada, B. Nadesan, señala que «informamos a la comunidad internacional de que estamos dispuestos a debatir, cooperar y trabajar conjuntamente en el cuadro de los esfuerzos para lograr un alto el fuego inmediato y encontrar una solución política» al conflicto.
En esta línea, los Tigres insisten en que «el mundo debería asumir que las peticiones de que el LTTE deje las armas y se rinda no ayudan a resolver el conflicto».
Enroque de Colombo
La guerrilla responde así a la negativa del Ejército de Sri Lanka a la oferta internacional. «Insistimos en que (los Tigres) tienen que deponer las armas y rendirse», insistió el general Udaya Nanayakkara.
La misiva va dirigida al nuevo presidente estadounidense, Barack Obama; al presidente de la Comisión de Bruselas, José Manuel Durao Barroso; al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y a los primeros minis- tros de Noruega y Japón. «Cuando una solución política permanente llegue para el pueblo tamil con el apoyo y garantía de la comunidad internacional, habrá una situación en la que las armas del LTTE no sean necesarias», pronostica Nadesan, quien denuncia que los tamiles están sufriendo «el peor genocidio del siglo XXI».
Más de 200.000 civiles tamiles están atrapados en plena ofensiva militar del Ejército de Sri Lanka, que asegura tener acorralados a los Tigres en un área de apenas 100 kilómetros cuadrados en el noroeste de la isla. Colombo, que prohíbe a la prensa acceder a la zona, prometió acabar con la resistencia tamil en 2008. Tras año y medio, sigue sin lograr su objetivo y no consigue abortar contraataques en su retaguardia. El último, el ataque aéreo del viernes que tenía como objetivo instalaciones militares en la capital, así como la principal base aérea situada junto al aeropuerto internacional, 35 kilómetros al norte de Colombo. Los Tigres están acorralados pero siguen vivos.
Los Veintisiete instaron a un alto el fuego inmediato y a poner fin a los ataques contra civiles en el marco de «un viejo conflicto que no podrá ser resuelto por vías militares», La resolución, aprobada por los ministros de Exteriores de la UE reunidos ayer en Bruselas, exige a Colombo el libe acceso a las zonas de combate para permitir la llegada de ayuda humanitaria e insiste en la «necesidad de encontrar una solución política que permitirá asegurar una paz duradera».
La UE, que no especifica medidas de presión sobre Sri Lanka, hace suyas las exigencias de la ONU, por boca del secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, John Holmes, tras su reciente visita a Colombo.
Las Fuerzas Aéreas indias se encuentran en «alerta máxima» en el sur del país, aunque no habrá medidas extras tras el ataque aéreo de la guerrilla tamil contra la capital de Sri Lanka, dijo hoy una fuente oficial. «Ya estamos en estado de alerta máxima porque tenemos ejercicios militares en marcha y no se requieren más medidas» tras el ataque aéreo de la guerrilla del pasado viernes, dijo a la agencia india IANS una fuente militar.
«No hace falta movilizar a nuestros cazas porque los aviones del LTTE pueden ser derribados con las defensas antiaéreas y los misiles tierra-aire», agregó la fuente.
La lucha del LTTE cuenta con grandes simpatías entre la población del Estado indio de Tamil-Nadu.