Nueve guardias de seguridad argelinos murieron en un ataque atribuido a islamistas contra el edificio que les servía de base en Ziama Mansouriah, cerca de Jijel, en Cabilia, según afirmaron ayer residentes y periodistas locales. El atentado se produce a tres semanas del inicio de la campaña electoral para las presidenciales, en la que Abdelaziz Bouteflika optará a un tercer mandato consecutivo. Se trata del atentado más sangriento desde hace seis meses.

Los asaltantes atacaron con morteros artesanales denominados «hebehb» la base en la que se encontraban los empleados de SPAS, una empresa argelina de seguridad encargada de la vigilancia de las empresas implantadas en la región.

Este tipo de morteros artesanales son habitualmente empleados por los miembros de Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

Los guardas vigilaban la empresa energética argelina Sonelgaz y las obras de un túnel que construye la italiana Astaldi.