Corea del Norte advirtió ayer a Corea del Sur de que sus relaciones se encuentran «al borde de una guerra» al acusar al presidente surcoreano, Lee Myung-bak, de promover una política de «confrontación».

«El grupo de Lee ha empujado las relaciones intercoreanas a una fase de colapso total y ha dividido la situación al borde de una guerra durante el primer año de su mandato», remarcó Corea del Norte mediante un comunicado al diario norcoreano «Rodong Sinmun».

La acusación de Pyongyang se produce dos días antes de que se celebre el primer aniversario de la Presidencia en Corea del Sur del conservador Lee, que mantiene una línea dura con Corea del Norte después de una década de política de reconciliación puesta en práctica por sus antecesores más liberales.

Desde su llegada al poder, ambos países viven una escalada de tensión de la que se responsabilizan mutuamente.

Pyongyang, que culpa a Seúl de promover una política de confrontación, ha dejado claro en repetidas ocasiones que no aceptará las propuestas de Seúl de celebrar un diálogo mientras Lee siga manteniendo su política de dureza.

Las declaraciones de ayer del ministro de Unificación surcoreano, Hyun In-taek, y la publicación del «Libro Blanco sobre Corea del Norte» no han contribuido a mejorar las cosas.

Según un informe de Defensa citado por la agencia surcoreana Yonhap, Corea del Norte comenzó en 2007 el despliegue de un nuevo misil de medio alcance desarrollado a finales de 1990 con un radio de alcance de 3.000 kilómetros.

Aumento del armamento

El documento, que no aclara el número de proyectiles o la capacidad de despliegue de los mismos, concluye que Corea del Norte ha incrementando sus medios militares e indica que podría haber adquirido unos 40 kilos de plutonio, una cantidad suficiente para fabricar unas siete armas nucleares.

Afirma también que, en los últimos dos años, Pyongyang ha aumentado el número de fuerzas especiales de infiltración rápida en 60.000 efectivos hasta llegar a los 180.000.

Según este mismo informe, desde 2006, 20.000 soldados más se han enrolado en el Ejército, que contaría con 1,19 millones de efectivos.

Seúl sostiene que «la fuerza convencional de Corea del Norte, su desarrollo y refuerzo de armas de destrucción masiva como armas nucleares y misiles, así como el rápido despliegue de sus tropas, son una directa y grave amenaza a nuestra seguridad». Recuerda el punto de inflexión que significó la prueba nuclear en octubre de 2006.