Un voraz y brillante Baskonia dio continuidad en Milán a su fiesta por la consecución de su sexta Copa tras arrollar a un decepcionante Armani Jeans Milano, que fue una burda imitación de mercadillo del equipo que, en esa misma plaza, había hecho morder el polvo a equipos importantes como Real Madrid y CSKA. Con este triunfo, mucho más cómodo de lo esperado, el equipo gasteiztarra tiene muy encarrilado su pase al cruce previo a la Final Four y tendrá que jugarse el primer puesto ante Olympiacos en casa.

En el entorno baskonista se temía muy seriamente al partido de ayer, tanto por las secuelas que podía haber dejado la Copa, como por la imagen de equipo duro que el Milan dejó en el partido jugado en Zurbano. Sin embargo, los azulgranas, con una fluidez ofensiva de asustar a cualquiera, se encargaron de disipar todas esas interrogantes en un comienzo de partido espectacular, con un parcial de 3-15. A partir de ese instante, el que parecía el partido clave de este Top 16 se convirtió en un entrenamiento con público y los gasteiztarras, sin la más mínima compasión, lo aprovecharon para seguir acumulando elogios en una noche de máximos, tanto en anotación como en valoración, 141.

La frase de Dusko Ivanovic que habla de que «el cansancio no existe» debe ser cierta, o al menos, la inactividad le sentó bastante peor al equipo italiano, que fue una burda imitación de mercadillo del aguerrido bloque que tan difícil se lo puso al Baskonia hace quince días durante dos cuartos.

Ayer el partido terminó casi antes de empezar. Los de Piero Bucchi debieron perder su rigor en algún lado y la voracidad baskonista lo aprovechó para sentenciar el partido y repartir los minutos entre sus jugadores tras la batalla de Madrid.

Con un brillante juego colectivo, muy bien equilibrado entre el juego interior y el exterior, los de Dusko Ivanovic se gustaron un inofensivo Milan, repartiendo los esfuerzos y los puntos entre todos sus jugadores.

Con parciales de tiro superiores al 80% al descanso, doblando al rival tanto en rebotes como en asistencias, el mayor mérito azulgrana estuvo ayer en, como gusta a su entrenador, no dejar al rival la más mínima opción en creer en la remontada. Sin levantar el pie del acelerador en ningún instante, el Baskonia superó un trámite complicadísimo metiendo el miedo en el cuerpo del resto de sus rivales, que ya le miran con mucho temor, ya que sus números no son para menos.