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El uso partidista del Carnaval sabotea el acercamiento a las comparsas

La utilización partidista del Carnaval bilbaino por el PNV ha generado malestar entre diferentes agentes de la villa, especialmente entre las comparsas. Los tímidos contactos mantenidos tras Aste Nagusia para recuperar el espíritu de confianza entre Ayuntamiento y Bilboko Konpartsak se han visto saboteados por actos de propaganda jeltzale.

Agustín GOIKOETXEA |

Han transcurrido ya cinco años desde que el equipo de Iñaki Azkuna decretó la censura previa al desfile de Carnavales de Bilboko Konpartsak e impidió la marcha de sus carrozas por la Gran Vía. El alcalde, aplaudido por PP y PSE, argumentó que los montajes, críticos con la política institucional, no debían transitar por una de las arterias principales de la villa.

Este y otros desencuentros llevaron a responsables municipales y comparsas a mantener contactos tras la pasada Aste Nagusia para retornar el espíritu de colaboración que cristalizó en la Comisión Mixta de Fiestas. Desde el propio gobierno municipal se defendió el modelo festivo surgido en 1978.

Poco ha durado su pretensión. La delegada de Turismo y Fiestas y presidenta de la Comisión, la jeltzale Isabel Sánchez Robles, ha acaparado el protagonismo en dos ruedas de prensa de presentación de los Carnavales, caracterizadas de espectáculo teatral ¯con el consiguiente desembolso económico¯, relegando al resto de integrantes de la Comisión, como son los ediles de la oposición y los comparseros. Del programa de Bilboko Konpartsak, a pesar de las promesas, ni palabra.

Otro acto incluido en el programa, un concierto de la Banda Municipal en homenaje a los Farolines y Zarambolas de los últimos 25 años, se convirtió, según testigos, en un desembarco de personas vinculadas al PNV «dispuestos a hacer campaña en víspera de las elecciones».

La gota que ha colmado el vaso de partidos de la oposición y comparsas ha sido la utilización política del Entierro de la Sardina para hacer campaña a favor de Ibarretxe. A la hora que comenzaba el cortejo, dos furgonetas del PNV, junto a Gogorregi, se situaron en el escenario donde se iba a escenificar el fin del Carnaval bilbaino, repartiendo propaganda, papeletas, tostadas y chocolate ante el asombro de numerosos ciudadanos.

Al ser preguntada por la razón de tal desembarco jeltzale, Isabel Sánchez Robles aseguró que «no sabía nada, que era responsabilidad de la Oficina de Uso del Espacio Público», dependiente de Alcaldía, cuyo director, Tomás del Hierro, se encontraba precisamente entre los militantes del PNV que hacían proselitismo de su opción política. También estaba el presidente del BBB y candidato, Andoni Ortuzar, y uno de los hombres de confianza en Turismo y Fiestas, el jelkide Joseba Rosales, que es miembro además de la Gestora de Ondarroa.

Se da la paradoja de que las comparsas dejaron de repartir hace unos años tostadas y chocolate en el Entierro de la Sardina despues de que responsables municipales les invitasen a ello, argumentando que «era un acto muy cutre, que fomenta el gorroneo y saca lo peor de cada persona». Miembros de Gogorregi, apoyados por dos furgonetas con lemas en favor de Juan José Ibarretxe, recuperaron la tradición para asombro de los comparseros presentes en el final del Carnaval bilbaino.

Comparsas y grupos de la oposición acusan al alcalde, Iñaki Azkuna, y a la presidenta de la Comisión Mixta de Fiestas, Isabel Sánchez Robles, de haber dado el placet para que el PNV hiciese campaña política en un acto pagado con dinero público.

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