El Portland San Antonio tiene hoy a partir de las 15.45 la posibilidad de disparar el último cartucho que le queda en la recámara para seguir teniendo opciones en la Liga de Campeones. El blanco que deben fijar los de Villaldea no debe ser otro que el HSV Hamburgo, y su margen de error es muy estrecho.

La victoria del Chehovskie -máximo rival de los antonianos para lograr el billete a los cuartos de final y con mejor coeficiente de goles- ante el Handbold, ha dejado a los rusos dos puntos por encima de los navarros, por lo que una derrota en el día de hoy dejaría al Portland sin opciones en la última fase.

Todo el equipo es plenamente consciente de la gran transcendencia del choque. «Es un partido súper importante porque nos jugamos seguir en Europa. Como mínimo necesitamos un punto, aunque el Hamburgo no va a ser un rival fácil», avisaba el técnico de los navarros. No obstante, y aún sabedor de la dificultad de la presa, brindó algo de luz sobre las posibilidades reales: «Veo al equipo mentalizado, con buen juego y confianza y eso me hace ser optimista».

El equipo navarro, que afronta el encuentro con las bajas por lesión de Davor Dominikovic, Ivan Nikcevic y Renato Vugrinec tendrá, salvo contratiempos de última hora, al resto de la plantilla disponible para un partido que su entrenador pronostica «muy duro» y en el que desean explotar al máximo el factor cancha y el apoyo de todos los incondicionales que se acerquen al Pabellón Universitario. «Confio en que, siendo un rival de esta categoría, respondan y se porten como en los últimos partidos, porque su apoyo es un estímulo fundamental para el equipo y para ejercer presión sobre los árbitros y el contrario», ha apuntado el técnico asturiano. El poco habitual horario del choque también ha dado que hablar: «El partido se juega a una hora atípica, en la sobremesa. A los alemanes les va mejor ese horario y sólo espero que a nosotros no nos pase factura».

El Portland, «más rodado»

El rival del Portland suma hasta la fecha ocho puntos, cifra que le asegura prácticamente el pase para los cuartos de final, pero los antonianos no se fían porque todavía no tiene el pase «totalmente garantizado y querrán asegurarlo».

Aprender de los errores es de sabios, y más le vale al Portland hacerlo, ya que los precedentes no son nada halagüeños. El partido de ida acabó con un claro 34-23, en un tramo final donde se vieron muy inferiores en el aspecto físico. Pero había razones. «El partido se jugó nada más terminar el Mundial y lo acusamos. Ahora estamos mucho más rodados», zanjó el técnico en un tono positivo que se antoja necesario para poder seguir soñando.