El actor y director teatral Pepe Rubianes falleció en la mañana de ayer en su domicilio de Barcelona a los 61 años. Rubianes anunció en abril de 2008 que se le había diagnosticado un cáncer de pulmón, lo que le obligó a cancelar las actuaciones de la obra «La sonrisa etíope» en Barcelona y la gira que iba a realizar en verano. El entierro del actor se llevará a cabo hoy en la intimidad.

Nacido en Villagarcía de Arousa (Pontevedra) en 1947 se afincó en Catalunya desde la infancia, donde desarrolló su carrera profesional. A finales de los 70 trabajó en varias obras de Dagoll Dagom y Els Joglars. En la década de los 80 decidió emprender su carrera en solitario. Ya en los 90, alcanzó una gran popularidad con la serie de televisión «Makinavaja».

Rubianes ha fallecido dejando atrás una querella por sus declaraciones contra la unidad de España durante una entrevista en un programa de Televisió de Catalunya en la que hablaba del montaje de «Lorca eran todos» (2006). A raíz de esas declaraciones, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, vetó la obra de Rubianes en el Teatro Español mientras que el actor afrontaba un proceso penal por «ultrajes a España», que todavía estaba pendiente de juicio.

La obra, finalmente, se llevó a escena en el auditorio del sindicato CCOO en Madrid. Creada y dirigida por el propio Rubianes, el montaje rendía homenaje a Lorca y a los desaparecidos en la Guerra del 36.

«Reír hasta las lágrimas»

Las reacciones ante la noticia no se hicieron esperar. El director Joan Lluís Bozzo, de la compañía Dagoll Dagom, definió a Pepe Rubianes como «un hombre valentísimo y radicalmente libre». Afirmó que Rubianes fue capaz «de hacer reír hasta las lágrimas».

El director Mario Gas, por su parte, valoró «su compromiso ciudadano y su vitalidad artística». Agregó que era «una persona inquieta y genial».