La Comisión Electoral anunció ayer que mantiene la fecha del 20 de agosto para organizar las elecciones presidenciales en Afganistán, a pesar de que el actual presidente, Hamid Karzai, promulgó un decreto en el que reclamaba un escrutinio antes del 21 de abril, conforme a lo que establece la Constitución.

La incógnita es ahora saber quién dirigirá el país después del 21 de mayo, cuando concluye el mandato de Karzai, a quien sus adversarios políticos acusan de querer mantenerse en el poder.

Se ha llegado a plantear la hipótesis de un presidente interino, pero no parece adecuada en un país enfrentado a una importante insurrección.

«Aceptamos y respetamos el decreto del presidente, pero no es posible aplicarlo. Por ello, todas las razones que nos habían conducido a tomar la decisión de retrasar los comicios siguen vigentes, especialmente las condiciones de seguridad y meteorológicas», declaró el presidente de la Comisión Electoral, Azizullah Ludin, en una conferencia de prensa.

«Tras un examen profundo de la situación, la Comisión Electoral ha llegado a la conclusión que para que se celebren unas elecciones transparentes e igualitarias, hay que mantener la fecha del 20 de agosto», añadió Ludin.

La cuestión de la fecha de las elecciones presidenciales surgió en enero cuando la Comisión Electoral anunció que se celebraría el 20 de agosto. La comunidad internacional vio con buenos ojos esta fecha, pero la oposición afgana mostró su preocupación por el hecho de que Karzai se mantuviera en el poder tres meses después de que concluyera oficialmente su mandato, el 21 de mayo.