Los servicios secretos registraron ayer las oficinas de la compañía gasística estatal Naftogaz, que teme que esta acción ponga en peligro su gestión y el tránsito de gas ruso a Europa por Ucrania. Diputados y analistas enmarcaron este incidente en la lucha entre la primera ministra, Yulia Timoshenko, y el presidente, Viktor Yushenko.

Agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) irrumpieron en su sede en Kiev, en una operación calificada por el Parlamento de «asalto» y que motivó duras protestas del Gobierno.

«Funcionarios que investigan la apropiación, por parte de cargos de Naftogaz, de 6.300 millones de metros cúbicos de gas entraron en su sede para incau- tarse de documentos cumpliendo la orden del juez instructor que lleva el caso», señaló el SBU. Su jefe adjunto, Valeri Joroshovski, afirmó que «un grupo de altos cargos que incluye a miembros de la dirección del Gobierno efectuó una operación ilegal» por 920 millones de dólares (730 millones de euros).

Naftogaz explicó que los agentes buscaban los contratos firmados por diez años con la rusa Gazprom tras la guerra del gas de enero, sin los que no puede formalizar en las aduanas la entrada de gas para consumo interno ni su tránsito a Europa.