La orden de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI) contra el presidente sudanés por crímenes de guerra y de lesa humanidad en Darfur ha generado el enfado de los países árabes y africanos. El Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA), reunido de urgencia ayer, instó al Consejo de Seguridad de la ONU a «interrumpir» la ejecución de la orden «para dar una oportunidad a la paz en Sudán». El artículo 16 del Estatuto de Roma, el texto fundacional de este tribunal, permite al Consejo de Seguridad suspender cualquier proceso en curso. Asimismo, pidió al Gobierno que continúe «por la vía de la paz».

La Presidencia de la UA, ejercida por el líder libio Muamar el-Gadafi, calificó de «injustificada» la decisión de La Haya. «Lo que emana de esta Corte confirma la política de dos pesos y dos medidas ya que ninguno de los autores de crímenes contra la humanidad en Afganistán, Palestina o Irak ha sido perseguido». Advirtió de que «el mal uso del sistema de cortes internacionales contra dirigentes africanos amenaza los esfuerzos desplegados por los países del continente para solucionar sus problemas».

La pasada semana, Gadafi acusó a Israel de estar detrás del conflicto de Darfur. Dijo tener constancia de la existencia de «pruebas tajantes e inequívocas» que demuestran que el conflicto está «alimentado por fuerzas extranjeras».

Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad y con derecho a veto, se sumaron a la petición de la UA y se mostraron reticentes a que la persecución siga adelante. Qin Gang, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, resaltó la oposición de China a «cualquier acto que interfiera la situación en Sudán y Darfur». Ambos países mantienen importantes acuerdos comerciales. Argelia e Irán también rechazaron la posible detención de Al-Bashir y el doble rasero de la comunidad internacional.

Baño de masas en Jartum

En Sudán, Al-Bashir se dio un baño de masas en Jartum en su primera intervención desde que se hiciera público el dictamen del TPI. Bastón en mano, vestido de traje y danzando al ritmo de cantos patrióticos, subrayó que «quienes deberían ser llevados ante la Justicia son aquellos que exterminaron al pueblo en Vietnam, los que han cometido el genocidio de Hiroshima y Nagasaki y los que han asesinado al pueblo de Irak con todo tipo de armas prohibidas». «Los verdaderos criminales están en EEUU y Europa», insistió.