El primer ministro chino, Wen Jiabao, aseguró ayer en la apertura de la sesión anual del Parlamento, que el gigante asiático afronta «desafíos sin precedentes» pero confió en su capacidad de asegurar una tasa de crecimiento del 8% este año, nivel considerado por los expertos el suelo mínimo para que su economía siga creando empleos.

El crecimiento de la economía china se ralentizó el año pasado de un 13 a un 9%. Un gran número de empresas exportadoras cerraron sus puertas lanzando al paro a cerca de 20 millones de trabajadores inmigrantes.

Tras advertir de que la crisis mundial «sigue extendiéndose y agravándose», Jiabao señaló en su discurso ante los 3.000 delegados que China afrontará la tormenta con su plan de relanzamiento de 4 billones de yuans (465.000 millones de euros) aprobado en noviembre pasado y previsto para los próximos dos años. El primer ministro no concretó, sin embargo, nuevas medidas, pese a que habían sido anticipadas por los mercados internacionales.

Puso, eso sí, el acento en los planes para mejorar las condiciones de vida del mundo rural. «Cuanto más difícil es el momento, más debemos ocuparnos de las condiciones de vida de la población y trabajar por la armonía y la estabilidad de la sociedad».

Taiwán

Wen analizó la cuestión de Taiwán desde un prisma económico similar. Así, prometió que «China reforzará la cooperación económica con Taiwán para responder colectivamente a la crisis financiera global».

El primer ministro dejó abierta la puerta a un tratado de paz con la isla tras la llegada al poder en Taipei de los herederos del Kuomintang, que vencieron a los independentistas.