El director del Festival Internacional de Cine de Donostia, Mikel Olaziregi, aseguró que no está «especialmente» preocupado por la edición de este año, a pesar de que la diputada de Cultura de Gipuzkoa, María Jesús Aranburu, haya ratificado la bajada de 90.000 euros en la aportación foral. Al hilo de la situación económica, el director aseguró que es consciente de la situación e incluso apuntó a la posibilidad de que «quizás» esta edición sea de «no expansión». Según argumentó, sería «antinatural» considerar el 2009 como un año normal, sin tener en cuenta «lo que está ocurriendo en el mundo» debido a la crisis.

Respecto a la edición de este año, no especificó las novedades o los filmes que participarán, «ya que aún es pronto», pero dijo que el festival potenciará su faceta de plataforma industrial, sin dejar de ser un «motor de cambio» y mostrar a nuevos directores y nuevos lenguajes. Asimismo, adelantó que, a pesar de aceptar que la recesión influirá en ciertos aspectos del certamen, no quieren que el núcleo duro, donde situó la parte creativa, «sufra los efectos» de la omnipresente crisis económica.

Presencia catalana

En un acto de presentación del Festival en el Departamento de Cultura de la Generalitat, rehusó adelantar nombres o novedades, aunque destacó que algunas producciones catalanas apuntan «muchas posibilidades». Según Mikel Olaziregi, «estamos ante un año especialmente rico en producción catalana», por lo que el Zinemaldia tiene algunas películas «en el radar». Aún así, no especificó cuales.

Por otro lado, Olaziregi aprovechó su intervención para opinar que el cine que se produce en el Estado debe adaptar su mercado a la demanda existente. Consideró que «es más fácil que nunca» producir películas, pero el «verdadero» problema es la distribución posterior. Así, valoró excesiva la producción actual. Explicó que durante el año pasado se produjeron 124 películas, lo que supone tener que estrenar «dos películas a la semana».