La banca aumenta los filtros para reducir el impacto de los recortes en el precio del dinero
El Banco Central Europeo decidió ayer un nuevo recorte en el precio del dinero para tratar de hacer frente a una crisis cuyo fondo, cada vez más oscuro, todavía no se divisa. De esta forma, en la zona euro los tipos de interés quedan en el 1,5%, el nivel más bajo desde la entrada en vigor de la moneda única en 1999, una medida con la que la institución financiera que dirige Jean Claude Trichet pretende incrementar el movimiento de los capitales y, por ende, reactivar la economía.
La noticia es inicialmente positiva para los bolsillos de los ciudadanos, si se tiene en cuenta el fuerte impacto que los créditos hipotecarios tienen en las economías domésticas. No obstante, resulta cada vez más dudoso que los recortes en el precio del dinero se traduzcan directamente en un incremento en el volumen de nuevos créditos concedidos, toda vez que los bancos se han lanzado sin vergüenzas a incrementar los diferenciales que cobran por las hipotecas, que en algunos casos alcanzan hasta el 3% (antes de la crisis se movían en torno al 0,75%), para compensar las bajadas del Euribor y seguir engordando sus cuentas de resultados. Eso, claro está, sin hacer ascos a las jugosas ayudas públicas.