Todavía duele en Eibar la derrota del pasado fin de semana ante el Alicante. «Somos capaces de jugar bien, mal y también de hacer el canelo como el otro día», indicaba ayer Carlos Pouso.

El técnico azulgrana se echó sobre sus espaldas la responsabilidad de la última derrota: «Igual tensé demasiado la cuerda y fui el detonante para agarrotarles [a los jugadores] y no dejarles expresar en el campo lo que sentían».

Bien sabido es que la mejor manera de quitarse el amargo sabor y «recuperar el tiempo perdido» sería sumar tres dulces puntos el sábado (18.30) en la cancha del Albacete.

En el Carlos Belmonte, Pouso se verá obligado a efectuar cuando menos tres cambios en el once inicial, porque Tiko está sancionado y ayer se confirmó la baja por sendas lesiones musculares del lateral izquierdo Iván Romero y del centrocampista Yuste.

Tampoco viajará Markel Robles, a consecuencia de las molestias que sufre en la espalda, lo que sumado a las bajas de larga duración de Yagüe y Cases, este último operado de menisco esta semana, y la ausencia por cuestiones personales de Txiki Acaz, reduce a 18 el número de jugadores disponibles.