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Tras las elecciones del 1-M

El PNV excluye a la izquierda abertzale de la pluralidad política en su oferta

La primera reunión entre las delegaciones de PNV y PSE tras las elecciones finalizó sin acuerdo. La formación jeltzale propuso al partido de Patxi López un «acuerdo de estabilidad» en las instituciones de la CAV y del Estado español. En el primer punto de su propuesta, el PNV afirma que la «pluralidad política de la sociedad vasca» ha quedado «explicitada en el conjunto de opciones políticas que han logrado representación» en el Parlamento de Gasteiz.

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Manex ALTUNA | BILBO

PNV y PSE escenificaron ayer el desencuentro que mantienen a la hora de liderar el próximo Gobierno de Lakua. Las dos formaciones aspiran a colocar a sus respectivos candidatos en Lehendakaritza, pero por el momento es Patxi López el único que contaría con los 38 escaños que otorgan la mayoría absoluta, tras el respaldo anunciado por el PP y el seguro de UPyD.

A pesar de ello, el PNV ha tomado la iniciativa para conformar el Ejecutivo al ser la fuerza más votada en las elecciones del domingo. La formación jeltzale dio inicio a la ronda de contactos que pretende mantener con las formaciones políticas con representación en el Parlamento de Gasteiz recibiendo al PSE en Sabin Etxea.

El PNV planteó un «acuerdo de coalición» o «pacto de legislatura» al PSE, con Ibarretxe de lehendakari, y le ofreció explicitar la vigencia del apartheid político contra la izquierda abertzale. Pero la respuesta de la formación que lidera López fue la de exigir la Lehendakaritza.

La «pluralidad» del Parlamento

No estaba previsto que ninguna de las formaciones realizara una valoración pública de la cita. Sin embargo, nada más finalizar la reunión el PNV convocó a los medios y el PSE indicó que daría cuenta de sus impresiones en una nota de prensa.

Urkullu compareció en la sala de prensa de Sabin Etxea sin Juan José Ibarretxe, acompañado, como el miércoles, por Andoni Ortuzar, Joseba Egibar e Iñaki Gerenabarrena.

El presidente del EBB presentó las bases para el acuerdo de «estabilidad política y económica» propuesto al PSE para las instituciones de la CAV y del Estado español.

Esas bases buscarían acordar con el partido que lidera Rodríguez Zapatero «un plan de choque ante la crisis, la búsqueda de la paz, la promoción de los derechos humanos y la lucha contra el terrorismo», así como «la estabilidad de las instituciones para profundizar en el autogobierno y la corresponsabilidad en la política de estabilidad desde las Cortes Generales del Estado». También planten una nueva cultura política, que vaya «de la política de bloques al acuerdo entre diferentes».

El PNV fijó un calendario de trabajo y aseguró que «las conversaciones y el desarrollo de las bases para configurar un acuerdo de gobierno o pacto de legislatura» se llevarán a cabo hasta el 18 de marzo. Además, dio cuenta de que para el 27 de marzo deberían estar resueltas las negociaciones para «visualizar el acuerdo en la presencia institucional» y que la elección del lehendakari se produciría antes de Semana Santa.

En la propuesta hecha pública ante los medios, Urkullu informó de «los principios de la relación política» que plantea su partido. En el primer punto de ese texto, el PNV asume «el reconocimiento de la pluralidad política de la sociedad vasca, explicitada en el conjunto de opciones políticas que han logrado representación en el Parlamento Vasco, si bien con muy diferentes niveles y grados de respaldo social». E incide en que «dicha pluralidad nos enriquece y nos fortalece».

De esta forma, el PNV elude cualquier referencia al apartheid impuesto a la izquierda abertzale al ser ilegalizadas sus candidaturas, e incluso se olvida de las acusaciones de «fraude» que lanzó contra los partidos unionistas por desfigurar la composición del Parlamento con el objeto, según repitió Ibarretxe durante la campaña, de asegurarse la mayoría absoluta.

Asimismo, Urkullu aseguró que es el momento de «abrir una etapa» en la CAV para instaurar una cultura política «basada en el diálogo y la cooperación entre diferentes» para lograr «un sólido común denominador» que permita impulsar desde las instituciones medidas económicas para hacer frente a la actual coyuntura. «No podemos caer en la tentación de abonar el terreno de la política de frentes», añadió.

Afirmó que su propuesta toma como referencia los «tres grandes retos» de la CAV, que serían: superar la crisis económica, elevar «el listón ético» con la deslegitimación social de ETA y construir «un proyecto de país» desde las instituciones.

El PSE habría respondido, según la versión ofrecida por Urkullu, que ya cuenta con 38 escaños para investir a López como lehendakari y que, cuando eso suceda, ya hablarán sobre la propuesta del PNV.

40 minutos de reunión

La delegación del PSE accedió por la puerta principal de Sabin Etxea hacia las 10.40 de la mañana. Estuvo integrada por el presidente del partido, Jesús Eguiguren; el secretario de Organización, Rodolfo Ares; y los secretarios generales de Gipuzkoa y Araba, Iñaki Arriola y Txarli Prieto, respectivamente. Faltó el secretario general de Bizkaia, José Antonio Pastor.

Al contrario que los representantes del PNV, la delegación del PSE dejó tomar imágenes de su entrada a Sabin Etxea, donde fueron recibidos en la puerta por la secretaria del EBB, Belén Greaves. En el interior les esperaban Ibarretxe, Urkullu y los tres presidentes de las ejecutivas territoriales ya citados. Todos ellos habían accedido a la sede jelkide por el garaje para no ser fotografiados, como Urkullu, que llegó a las 9.45 en un coche con sus escoltas.

La reunión concluyó en apenas 40 minutos. Preguntados por la brevedad de la cita, Ares respondió que se había prolongado «lo suficiente» y no realizó ninguna declaración más. Patxi López ya había adelantado antes, en una entrevista en la Cadena Ser, que veía «muy difícil» que la reunión sirviera para algo. Éste acusó al PNV de tener «poco talante democrático» por las declaraciones realizadas el día anterior por Urkullu, que calificó de «golpe institucional» que el PSE y el PP llegaran a un acuerdo para evitar que Ibarretxe sea lehendakari.

Urkullu acusa al PSE de «cinismo político»

Enfadado con la respuesta obtenida por parte del PSE, el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, compareció para denunciar el «cinismo político» con el que actúa, a su juicio, la formación que lidera Patxi López. Urkullu se mostró molestó con el PSE por pretender obtener la Lehendakaritza con los votos del PP y después ofrecer «un acuerdo de estabilidad» a la formación jeltzale, que sería el mismo que le habría propuesto ayer el PNV.

«¿Estas son las bases que el PSE ofrece al PP, a UPD, a EB? Es un ejercicio que la sociedad tiene que conocer, que el PNV ha presentado las bases y que la respuesta es: `con eso podemos estar de acuerdo siempre que haya un lehendakari socialista'. Pues que sean honestos con el PP y se lo digan también a él, a UPD y a EB», declaró Urkullu. Según añadió, «el propósito del PSE es única y exclusivamente tener un lehendakari», mientras el PNV ofrece un acuerdo de estabilidad para toda la legislatura.

El líder jeltzale aseguró que su partido ha ofrecido al PSE que la propuesta presentada tenga, además, su correspondencia en otras instituciones del Estado español y que «va más allá del mero hecho de tener lehendakari», algo a lo que el PNV «no va a renunciar porque tenemos seis escaños y 80.000 votos más». Manex ALTUNA

López reitera su apuesta por «un gobierno de cambio»

El PSE emitió un comunicado para valorar la reunión con el PNV y reiteró que la «única garantía» para «impulsar una «política de cambio» es que Patxi López sea investido lehendakari. En este sentido, este partido anunció que mantiene su intención de «hablar con todas las fuerzas políticas» para recabar apoyos que permitan constituir «un gobierno de cambio».

A juicio del PSE, de la reunión de ayer con el equipo negociador de la formación jeltzale «se desprende que, después de las elecciones del domingo, sigue habiendo dos concepciones: la de quienes quieren mantener un lehendakari del PNV para dar continuidad a las políticas que hemos conocido en los últimos diez años, y la de quienes queremos abrir un nuevo tiempo, con un nuevo liderazgo, para unir al país, respetar su pluralidad y hacer las cosas de otra manera».

El PSE dijo que apuesta por un «Gobierno de cambio» que trabaje con «objetivos muy claros», entre los que destacó «acabar con el terrorismo y consolidar la paz y la libertad», hacer frente a la crisis económica y recuperar el empleo, «asentar» la convivencia desde el respeto a la pluralidad, y reforzar el autogobierno «al servicio de la ciudadanía».

«Por mucho que el PNV diga ahora otras cosas, para avanzar con seguridad en políticas de diálogo y acuerdos que unan al país y para abrir un nuevo tiempo en la política vasca, lo única garantía es un lehendakari socialista. Porque lo cierto es que, hasta ahora, el PNV ha demostrado lo contrario», añadió. GARA

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