Varios cientos de aficionados desafiaron al frío y a la oscuridad que reinaban en Lezama para acompañar a última hora de la tarde de ayer a los jugadores del Athletic en su regreso al trabajo tras clasificarse para la final de la Copa.

Unas 800 personas, la mayoría jóvenes, se presentaron en el entrenamiento de Lezama para presenciar la sesión de recuperación habitual en el día después de partido, con comienzo a las 19.00. Desde luego, la sesión vespertina más pudo parecerse a la segunda parte de una celebración comenzada la noche del miércoles, cuando el once rojiblanco certificó por primera vez en 24 años el pase a la final del Torneo del K.O.

Sin embargo, los incondicionales rojiblancos no pudieron ver la sesión preparatoria durante mucho tiempo, porque al intenso frío que se sufría en en los campos de entrenamiento exteriores se le sumó un apagón en la zona, fruto de la tormenta que no dejó de arreciar durante toda la tarde, que dejó sin luz las instalaciones de Lezama.

Generador al canto

Para solucionarlo, empleados de la entidad pusieron en marcha un generador para iluminar al menos el pabellón cubierto, pero tampoco fue suficiente, ya que la luz volvió a irse poco tiempo después.

Así, los presentes se tuvieron que conformar con ver y animar a los jugadores en su salida al terreno de juego, en el pasillo entre el vestuario y el campo. Por lo demás, los jugadores rojiblancos se limitaron a tocar un poco de balón, y a realizar estiramientos en una sesión más de reconocimiento público que de preparación para el importante duelo de mañana frente al FC Barcelona en el estadio del Camp Nou.

El equipo bilbaino volverá a los entrenamientos esta mañana, en el habitual horario de las 10.30. Será la primera sesión en serio en la que los hombres de Joaquín Caparrós puedan desconectar de la vorágine copera, aunque también es cierto que, en una versión algo irónica del calendario, su próximo rival será el mismo que vaya a tener enfrente en la esperada final del próximo 13 de mayo.