Corea del Norte anunció ayer que ha colocado sus tropas en alerta, en el primer día de las maniobras conjuntas entre EEUU y Corea del Sur, que Pyongyang considera como el preludio de una invasión de su territorio.

Pyongyang también advirtió ayer de que considerará una declaración de guerra si se intercepta el satélite que tiene previsto lanzar. Washington y Seúl consideran que este satélite es un prototipo para construir un misil de largo alcance.

«Disparar contra nuestro satélite, destinado al uso pacífico, querrá decir, precisamente, que se quiere la guerra», advirtió un portavoz del Estado Mayor del Ejército norcoreano en un comunicado difundido por la agencia oficial norcoreana KCNA.

Japón, que vigila de cerca los movimientos de Pyongyang desde que un misil norcoreano sobrevoló su territorio en 1998, se ha declarado dispuesto a abatir cualquier artefacto norcoreano que se dirija al archipiélago.

Tras el lanzamiento de 1998, Tokyo y Washington decidieron acelerar la puesta en marcha de un escudo antimisiles en Japón, que actualmente está plenamente operativo.

El Ejército norcoreano está formado por 1,2 millones de personas y fue puesto ayer en alerta, al considerar Pyongyang que los ejercicios anuales que EEUU y Corea del Sur llevarán a cabo hasta el 20 de marzo son una agresión.

«Su objetivo esencial es asegurar que el comando está dispuesto a actuar ante cualquier eventualidad en caso de necesidad», indicó en un comunicado el general estadounidense Walter Sharp, responsable de las fuerzas combinadas estadounidense-surcoreanas.

En el ejercicio Key Resolve/Foal Eagle participan unos 26.000 militares estadounidenses y más de 30.000 surcoreanos.

El anuncio de estas maniobras que provocan la ira de Pyongyang se produce en un periodo de graves tensiones entre las dos Coreas, puesto que la del Norte anunció a finales de enero que anulaba todos sus acuerdos políticos y militares con la del Sur.

Pyongyang advirtió la pasada semana de que no podría garantizar la seguridad de los vuelos surcoreanos que sobrevuelen su territorio debido a los juegos de guerra de Seúl.

Comunicaciones cortadas

Todas las comunicaciones militares entre los dos estados han sido cortadas, afirmó ayer un portavoz militar norcoreano.

El sábado en Seúl, el nuevo emisario estadounidense para Corea del Norte, Stephen Bosworth, aseguró que su país desea dialogar con Pyongyang pese a que reclamó que suspen- diera en la lanzamiento de su cohete.

El Comité Espacial Nacional de Corea del Norte anunció el 24 de febrero que tenía en marcha intensos preparativos para el lanzamiento de un cohete Unha-2 con el objetivo de colocar un órbita un satélite de comunicaciones Kwangmyongsong-2, según informó KCNA.

El 16 de febrero, 67º cumpleaños de su líder, Kim Jong-il, Pyongyang defendió su «derecho soberano» a continuar con su programa especial y anunció el inminente lanzamiento de un cohete.

Corea del Norte provocó una crisis internacional en agosto de 1998, cuando disparó un misil de largo alcance Taepedong-1 que sobrevoló una parte de Japón antes de hundirse en el Pacífico.