Consternación en Alemania por un tiroteo en un colegio que deja 17 muertos
Diecisiete muertos es, por el momento, el resultado de la masacre ocurrida ayer en un colegio en el sur de Alemania. Un joven de 17 años mató a diez alumnos y tres profesores, y a otras cuatro personas en su huida. El tirador acabó muerto tras ser acorralado por la Policía
Ingo NIEBEL |
El cliché que los propios alemanes tienen del Estado federal de Baden-Württemberg es el de una región rica, habitada por gente conservadora, entregada a su trabajo, disciplinada y pacífica. Ayer, a las 9.30, Tim Kretschmer, de 17 años, acabó con esa imagen abriendo fuego con una pistola automática Beretta contra profesores y alumnos de su antiguo colegio, el centro Albertville de la ciudad de Winnenden.
Según testigos presenciales, entró en dos aulas disparando indiscriminadamente. Cuando dejó el instituto, en el que se graduó en 2007, ya había asesinado a tres profesoras y nueve alumnos, de entre 16 y 17 años. Pocas horas después fallecería otra estudiante más mientras le atendían en el hospital.
La Policía reaccionó rápidamente, acordonando no sólo la escuela, sino todo la ciudad de Winnenden. Sus grupos especiales entraron en el edificio, mientras que un millar de agentes se desplegó en tareas de protección, salvamiento y en la persecución del autor material de los hechos. Nada más abandonar el centro, Kretschmer mató a un transeúnte, un empleado de la clínica siquiátrica colindante al instituto, y después secuestró a punta de pistola un coche para darse a la fuga. Obligó a su víctima, que fue quien más tarde alertó a la Policía, a llevarle a Wendlingen, a 40 kilómetros del lugar de la masacre.
A las 12.00, Kretschmer entró en un concesionario de Volkswagen, donde mató a tres personas. Al salir, se enfrentó con la Policía, a dos de cuyos agentes hirió gravemente antes de morir por un impacto en circunstancias todavía no aclaradas. El Ministerio regional de Interior se limitó a decir que no fue un «tiro a matar», sino producto del tiroteo. La Policía mantuvo que el joven, al sentirse acorralado, se disparó en la cabeza.
La canciller alemana, Angela Merkel. dijo estar «fuertemente conmovida» y el presidente de la República, Horst Köhler, declaró que el crimen le había «horrorizado y entristecido».
Tim Kretschmer es hijo único de un conocido empresario de la zona. Su padre, miembro de una asociación de tiradores -algo común en zonas rurales-, posee licencia de armas. En su vivienda había 18 armas legales.
Paralelamente a la masacre de Winnenden (Alemania) se ha producido otra en Alabama (EEUU), donde un hombre mató a diez personas antes de quitarse la vida. La policía alemana está investigando si los hechos acaecidos en EEUU el martes inspiraron al joven Tim Kretschmer para llevar a cabo su acción de ayer.
Sin embargo, los investigadores no tienen que ir tan lejos geográficamente porque una matanza parecida se produjo el 26 de abril de 2002 en la ciudad germanooriental de Erfurt. Aquel día Robert Steinhäuser, de 19 años, entró en el instituto Gutenberg donde asesinó a 16 personas, en su mayoría profesores. Después se quitó la vida. El supuesto móvil fue que se le había echado de la escuela por haber presentado una falso atestado médico. Con ello Steinhäuser se quedó sin graduación alguna. Tenía acceso legal a las armas de fuego por ser miembro de una asociación de tiradores.
Dado que Alemania dispone de una severa ley de armas, que fue endurecida un tanto más después de Erfurt, el debate se plantea de nuevo en torno el consumo de videos de horror y juegos de guerra por ordenador. No se va a debatir si los institutos deberían tener más personal sicológico para prevenir situaciones que en su extremo podrían culminar en un baño de sangre.
Circularon distintas versiones en torno a la muerte del autor de la masacre. Una de ellas mantenía que le mató la Policía, mientras que ésta aseguraba que él mismo se disparó en la cabeza al sentirse acorralado.
