Mucha intensidad. Fue la principal sensación en el primer entrenamiento dirigido por Josu Uribe en Ipurua y también, por lo que confesó posteriormente en su presentación oficial, la piedra filosofal sobre la que girará su trabajo en el Eibar.

El técnico, que se ha comprometido con el club hasta final de temporada, confesó haber llegado «con muchas ganas y es lo primero que he transmitido a los futbolistas». «Estoy muy ilusionado -añadió Uribe, que sólo había actuado como apagafuegos en categorías inferiores y con buenos resultados-. Y convencido de que se puede hacer, si no, no habría dado este paso. Tengo mucha seguridad en que les voy a aportar el trabajo y la fuerza necesaria para que esta plantilla, que creo que tiene un nivel como el resto de la categoría, salga adelante».

El primer paso para conseguirlo será consolidar «los valores que me gustan en el fútbol, que son necesarios en Segunda y que han sido habituales en el Eibar». Es decir, intensidad, fortaleza y confianza. «Quizá -reconoció en este sentido-, los malos resultados han llevado al equipo a hacerse un poco más inseguro, más blando de lo que es. Porque los resultados dan y quitan confianza y seguro que nuestro mensaje llega mejor a los jugadores si los resultados son buenos».

Junto a entrar «en una buena dinámica», Uribe considera imprescindible «ser un equipo valiente y agresivo porque tenemos que ganar. Podemos perder pero tenemos que ganar. Nos tenemos que hacer fuertes, sobre todo en casa, que se sienta que queremos ganar, que vamos a por el rival y que somos un equipo difícil de superar».

También adelantó que prestará especial atención al trabajo defensivo. «Ya sabemos que nos cuesta hacer gol, eso ha sido habitual en el Eibar, pero el déficit no lo puedes tener en el otro sentido -subrayó-. Tenemos que recuperar la seguridad y ser un equipo muy difícil. Y si no metemos un gol, no lo metemos, pero que no nos lo metan a nosotros. Es lo más importante y, a partir de esa base, vamos a ir creciendo y a ganar partidos».

Txiki, segundo entrenador

Aunque no acompañó a Uribe en su presentación, Txiki Acaz también se erigió en uno de los protagonistas de la jornada. Debido a su delicada situación personal, hacía algún tiempo que el jugador -cuyo contrato expiraba el próximo 30 de junio- y el club barajaban la posibilidad de que abandonase el equipo y se integrase en el organigrama técnico del Eibar.

Con la llegada de Josu Uribe, a cuyas órdenes jugó en el Elche, la opción se concretó y el navarro ejerce, desde ayer y hasta final de temporada, como segundo entrenador.

Permiso para fichar

Con la baja de Txiki, son dos las fichas libres en el equipo, ya que el club recibió ayer el visto bueno para contratar un jugador en sustitución de Albert Yagüe.

Había cierto temor al respecto ya que el Levante acababa de ver denegada esa opción, pese a la lesión de Alex Geijo, similar a la del catalán. Sin embargo, el caso de Yagüe es más grave -se baraja un período de baja de entre cinco y siete meses-, con lo que la Federación Española ha interpretado que sí cumple las condiciones para que el Eibar pueda aprovechar su ficha.

Jesús Merino confía en encontrar un refuerzo, aunque primero tendrá que conocer las necesidades de Josu Uribe y después encontrar un jugador que cumpla las condiciones necesarias. Es decir, que pertenezca a una categoría diferente o que no haya disputado más de cinco encuentros en Segunda.

La ficha de Txiki, por otra parte, sólo podrá ser ocupada por un jugador sin contrato desde el pasado 31 de agosto.