La oferta de la izquierda abertzale halla receptividad en los partidos
La propuesta de diálogo formulada públicamente por la izquierda abertzale el lunes fue recibida ayer de forma positiva por varias formaciones políticas, aunque el emplazamiento se extiende también a sindicatos y fuerzas sociales. Tanto Aralar como AB se mostraron abiertas a iniciar esta vía, e incluso lo hizo Joseba Egibar desde el PNV. EA ya ha reiterado la conveniencia de una unión de fuerzas, tanto antes como después de las elecciones del 1-M.
R. SOLA- A. MANTEROLA |
El anuncio de la apertura de contactos con otras formaciones políticas, sociales y sindicales «que creen en Euskal Herria y aspiran a la formación de un Estado» no cayó en saco roto. La propuesta lanzada por una reprentación plural de la izquierda abertzale el lunes en Donostia ha sido recibida de forma positiva y abierta desde los partidos aludidos.
Miembros de formaciones como Aralar, AB e incluso PNV -EA no opinó, pero su posición al respecto es plenamente conocida- se mostraron dispuestos al diálogo y remarcaron que siempre han apostado por ello.
Algunos anticiparon ya cuáles son sus planteamientos de base. Así, desde Aralar su coordinador general, Patxi Zabaleta, subrayó en Euskadi Irratia que su formación «siempre está dispuesta al diálogo y no condena a nadie de antemano». «Tenemos que intentar construir el futuro desde esa izquierda abertzale política, pacífica y euskaltzale, y para ello hay que impulsar el diálogo social con todos los agentes», indicó Zabaleta.
En el aspecto de las coincidencias, resaltó que al margen del derecho a decidir «no debemos olvidarnos de más políticas sociales cuando en nuestra sociedad hay tantos parados, marginados y necesidades». La pro- puesta de la izquierda abertzale aboga por unir fuerzas no sólo en favor de un proceso democrático, sino también con el fin de «volver a situar a los trabajadores y a los sectores populares de este país en el centro de los intereses políticos, sociales y económicos de Euskal Herria». Arnaldo Otegi recordó que este sector ha defendido históricamente que «la construcción de un Estado interesa fundamentalmente a los trabajadores».
Patxi Zabaleta señaló que la iniciativa presentada en Donostia «contiene acercamientos y también pasos a dar». Más explícita fue la parlamentaria en Gasteiz Aintzane Ezenarro, que resaltó en una rueda de prensa posterior que «Aralar ha estado con la unidad de la izquierda abertzale desde siempre», pero que pone «una sola condición: que se haga desde la no-violencia o desde el desmarque de la violencia».
EA mantiene su línea
EA no hizo ayer valoración pública alguna sobre el anuncio de esta ronda de contactos, pero su disposición a explorar una unidad de fuerzas está fuera de toda duda, y no sólo por la claridad con que se expresó durante la pasada campaña electoral.
A modo de ejemplo, en una entrevista concedida a ETB el pasado viernes, el secretario de Organización, Rafa Larreina, incidía en la apuesta por un «polo soberanista» que se desarrolle «en clave radicalmente democrática y soberanista», ya que, advirtió, no puede ser que «el derecho a decidir se utilice en unas coyunturas y se tape en otras, como ha ocurrido con el PNV durante toda la campaña electoral».
«Vistas las elecciones y visto también lo que está pasando, nos reafirmamos en la necesidad de seguir impulsando en lo que hemos propuesto, porque este país necesita un cambio, pero un cambio de verdad, en clave soberanista y progresista, de incremento del Estado de Bienestar, sobre todo en estos momentos de crisis», afirmó Rafa Larreina.
En principio, Eusko Alkartasuna mantendrá esta hoja de ruta al menos hasta el Congreso Extraordinario, previsto para el 20 y 21 de junio si así lo ratifica la Asamblea Nacional la semana que viene. La dirección continúa con la salvedad de Unai Ziarreta -cuya dimisión se oficializará la semana que viene- y de Joseba Azkarraga y Nekane Altzelai, que decidieron el lunes quedarse al margen de las decisiones que se vayan tomando.
En esta fase precongresual, la actual dirección de EA no sólo determinará la participación en estos contactos anunciados por la izquierda abertzale, sino que tendrá que tomar otras decisiones de calado como el modo en que concurre a las elecciones europeas de junio. También en este terreno dirigentes como Maiorga Ramírez han abogado ya públicamente por fórmulas de unión de fuerzas.
AB lo aprobó en marzo
Por lo que respecta a Abertza- leen Batasuna, también se da por seguro que se sumará a los contactos enunciados por Arnaldo Otegi.
GARA habló ayer con su dirigente Mertxe Colina, que matizó que la cuestión no se ha abordado en los órganos internos del partido pero anticipó a título personal que el criterio de AB quedó claro en la declaración hecha el pasado 4 de marzo, ante las elecciones al Parlamento de Gasteiz.
Colina recordó que allí se dejó escrito que «es hora de reunificar la izquierda abertzale, que tan dividida está, y de extender la unidad de acción a otros partidos abertzales y progresistas que estén en clave soberanista, todo ello en línea con el espíritu que presidió Lizarra-Garazi».
Preguntada sobre si AB está dispuesta a participar en el contraste de diagnósticos y propuestas planteado por Arnaldo Otegi y el resto de comparecientes, Colina subrayó que «AB ha estado dispuesta siempre a hablar, y también a realizar su modesta aportación».
Desde PSOE y PP no hubo valoración alguna sobre la comparecencia de la izquierda abertzale, aunque en los medios madri- leños sí fue destacada. El PSOE optó por el silencio, pese a que en la rueda de prensa se lanzaron mensajes dirigidos a este partido, como la afirmación de que la represión «no es el camino» y la advertencia que el pacto del PSOE con el PP no conseguirá los objetivos perseguidos.
La iniciativa de interlocución de la que dio cuenta la izquierda abertzale no se restringirá a los partidos políticos, según explicaron los comparecientes, sino que pretende alcanzar también a fuerzas sindicales y sociales, todo ello con el objetivo de cruzar análisis sobre la situación política y tratar de poner en marcha lo que se denominó como «una estrategia independentista eficaz».
La izquierda abertzale diferenció en su comparecencia a la dirección del PNV -a la que acusa de claudicar ante el PSE- de sus bases, sobre las que Otegi dijo que «son muchos los que apuestan por la creación de un Estado». La respuesta de la dirección jelkide vino precisamente de boca de uno de sus dirigentes más próximos a esta sensibilidad, Joseba Egibar, que salió a la palestra para negar que el PNV haya renunciado a conformar un Estado vasco como objetivo final.
En declaraciones a Efe, Egibar afirmó que su oferta de acuerdo al PSOE para tratar de retener la Lehendakaritza -rechazada por éste- «compromete a lo que compromete» y no implica «renuncia alguna a ningún planteamiento ideológico o estratégico» de su partido.
Por ello, criticó que calificar ese documento como un «Santoña político», en relación a la rendición durante la guerra del 36, resulta «política e históricamente injusto y desafortunado».
Sin embargo, Egibar aseguró que el PNV está dispuesto también a hablar con la izquierda abertzale porque «nunca le ha cerrado las puertas», aunque matizó que «sería bueno que lo hiciera desde el respeto y no desde el insulto».
Egibar alegó, en cualquier caso, que considera que no es momento propicio para «hacer una formulación o materialización del Estado vasco», y para ello aludió a la composición del Parlamento de Gasteiz, «con ese dique constitucional». «Lo mismo puede ocurrir con el Parlamento de Navarra o con la realidad ni siquiera administrativa que tenemos en el País Vasco francés», añadió.