Con casi 30 años, Michele Scarponi recuperaba al fin la sonrisa tras adjudicarse la Tirreno-Adriático 2009. El ciclista de Jesi, cuya última victoria databa de una etapa de la Settimana Coppi-Bartali de 2007, regresaba a la senda del triunfo después de cumplir una sanción de 18 meses al verse involucrado en la Operación Puerto.

Aunque siempre negara el haber tomado sustancias dopantes, Scarponi, junto con Ivan Basso -otro de los destacados de esta Tirreno-Adriatico- decidió colaborar con el CONI, después de que en una anotación del doctor Eufemiano Fuentes apareciera el nombre «Zapatero» -el equivalente italiano de zapato es `scarpa'-.

El transalpino «redebutaba» el pasado 3 de agosto y, tras una sorprendentemente buena contrarreloj, anteayer, lograba arrebatarle el liderato al favorito Andreas Klöden. En la última etapa de ayer le fue suficiente con vigilar la rueda de Stefano Garzelli para volver al camino del que jamás debió salir.

«Al fin he dejado atrás todos los problemas; muchas gracias al equipo y a cada uno de mis compañeros», acertaba a decir en la meta. «La gran contrarreloj que hice me dio una oportunidad y ya con la etapa de ayer -por la del martes- pude acceder a esta gran victoria», remachaba el corredor de Jesi.

Koldo, sin premio

La última etapa de la Tirreno-Adriático dejó la clásica victoria de un sprinter. Por desgracia, Koldo Fernández de Larrea no pudo competir con los mejores y debió conformarse con la undécima plaza. Fue Mark Cavendish quien pudo alzar los brazos en San Benedetto de Trento.

«Hace unos días me batieron en la misma línea, así que en esta última etapa mi equipo trabajó muy bien, me dejó en el sitio perfecto para poder salirme por el exterior», explicaba el vencedor de la última jornada, que superaba al estadounidense Tyler Farrar y el australiano Baden Cooke.