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«Me gustaría jugar un par de años más; si es en Osasuna, pues mejor»

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Patxi Puñal

Jugador de Osasuna

Patxi Puñal llegó en el Ruiz de Lopera a la cifra de 300 partidos ligueros disputados con la camiseta rojilla, una marca sólo al alcance de otros nueve jugadores en la historia osasunista. El capitán uhartearra piensa que todavía le queda cuerda para rato y, de paso, poner en peligro alguno de los récords de las viejas glorias de la escuadra navarra.

Natxo MATXIN |

No lo tuvo fácil para hacerse un hueco en la primera plantilla. Jugó en Tercera tras ser descartado por el Promesas, regresó y acabó mar- chándose cedido al Leganés. Sin embargo, esos contratiempos le forjaron para acabar siendo uno de los imprescindibles para todos los técnicos que han pasado por Tajonar.

¿Qué queda de aquel Patxi Puñal que debutó con la primera plantilla en junio de 1997?

No cabe duda de que en lo futbolístico se va madurando y mejorando en muchos aspectos. Si ya es difícil llegar al deporte de élite, más seguir ahí en el día a día. Me quedan muchas ganas de jugar y de pelear en el campo, esa ilusión la sigo manteniendo intacta. Y en lo personal, muy poco ha cambiado mi vida: sigo viviendo en mi pueblo, tengo los mismos amigos y me casé con mi novia de toda la vida. Creo que esa estabilidad ha sido una de las claves de mi éxito deportivo.

Pero los comienzos no fueron fáciles. Tuvo que hacer las maletas para marcharse cedido al Leganés. ¿Sintió que se alejaba el sueño de consolidarse como jugador en Osasuna?

La experiencia te dice que, una vez que sales de Osasuna, no resulta fácil volver. Sin embargo, tampoco era un niño cuando me fui, creo que tenía 23 años, y lo hice con la idea de hacerme un hueco en el fútbol. Quería demostrar que podía ser un jugador válido para Osasuna, que me gustaba esta profesión, que iba a pelear por ella y que quería ganarme la vida jugando al fútbol.

Se estrenó de la mano de Martín y con él se fue al conjunto madrileño. Después se vistió de corto en Primera con Lotina. ¿Son los dos entrenadores que más han influido en su trayectoria profesional?

A los dos les estoy muy agradecido, como al resto de técnicos, porque de todos he aprendido algo. Sí que es verdad que tengo que destacar la figura de Martín porque es un entrenador que nos ha marcado mucho a los rojillos de mi generación. Y en cuanto a Lotina, ha sido un referente futbolístico aquí y le estoy muy agradecido por la claridad con la que me habló cuando me marché cedido.

Una vez consolidado en Primera y con la intensa competitividad que hay en todas las plantillas, ¿pensó que iba a prolongar tanto su carrera deportiva?

Lo que sí tenía claro es que quería pelear por hacerme un hueco en el fútbol, era algo que me gustaba mucho. Ahora veo cómo hay otros muchos jugadores buenos que lo intentan y las cosas no les salen, bien sea por la suerte o las lesiones, y deben abandonar pronto sus ilusiones. A mí hasta el día de hoy las cosas me están saliendo bien.

¿Y le queda cuerda para rato?

Creo que sí. Cada domingo que salgo al campo me siento bien físicamente, tengo ganas y sigo disfrutando. A mí me gustaría jugar un par de años más al fútbol y, si puede ser en Osasuna, pues mejor.

Para eso hay que renovar (acaba contrato este próximo junio)...

Tuvimos un pequeño acercamiento con el club, pero la situación no es la más óptima como para estar pensando en cosas individuales y ahora el tema está aparcado, y casi es mejor que sea así. Más adelante habrá que analizar el interés de Osasuna y demás aspectos, por mi parte me quedaría encantado aunque el equipo bajase a Segunda. Pero serán cosas que habrá que hablar cuando tenga- mos la tranquilidad suficiente para sentarnos y no pensar en los tres puntos. En este momento hay que centrarse en el próximo domingo.

De estos 300 partidos habrá algún momento malo y otro que no se olvidará nunca.

Me cuesta mucho recordar situaciones malas, apenas las he tenido de profesional con Osasuna. Sí recuerdo cuando salí del Promesas y me vi en Tercera, entonces pensé que el fútbol se estaba acabando para mí. En cuanto a los buenos momentos, tengo que destacar el día de la final de la Copa.

El vertiginoso mercado futbolístico hace que cada vez sea más difícil que un jugador comience y acabe su trayectoria en un único club. ¿Podría decirse que Puñal y Cruchaga son algunos de los últimos mohicanos en la forma de entender el fútbol?

No lo sé, pero sí que es cierto que no es fácil encontrar futbolistas de club que jueguen treinta y tantos partidos habiéndose iniciado a una edad no demasiado joven. El caso de César (Cruchaga) y el mío fueron un tanto especiales porque cuando regresamos ya no éramos unos críos. Ojalá salga en Osasuna una remesa de jugadores que se puedan mantener un montón de tiempo, pero es complicado.

Y de esa remesa, ¿a quién ve con capacidad para tomar el relevo de los veteranos en el vestuario?

En Osasuna ahora se echan de menos jugadores de la cantera con 26 ó 27 años, que hayan dado ese paso intermedio de llevar cinco años en el vestuario y ver cómo funcionan los capitanes. Los más jóvenes ya vienen con la vítola de internacionales y van a ser muy apetecidos por otros clubes.

En más de una ocasión ha comentado que es un apasionado del fútbol, ¿eso es la antesala de un entrenador?

Me gustaría seguir vinculado a este deporte, puedo ser válido para aportar cosas. Dicho esto, todavía no me planteo qué es lo que haré y mi mentalidad, a día de hoy, es centrarme en que el entrenador siga confiando en mí y jugar el domingo.

 
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