Al día siguiente de una nueva dimisión en el Gobierno kuwaití, el emir de este territorio rico en petróleo baraja tres opciones: nombrar un nuevo primer ministro, disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas o suspender la Asamblea.

La prensa destaca que la opción más probable es la suspensión durante dos años de la vida parlamentaria, para acabar con las profundas divergencias entre Ejecutivo y Legislativo, inmersos en un férreo pulso.

El presidente del Parlamento, Jassam al-Jorafi, ha suspendido indefinidamente una sesión de la Asamblea prevista para ayer y en la que se debía interrogar al primer ministro, el jeque Nasser Mohammad al-Ahmad al-Sabah, sobrino del emir, en relación a las denuncias de mala gestión realizadas por los islamistas.