Jakue Pascual Sociólogo
Mundo prisión
El Gobierno español construye macrocárceles, prevé el aumento de la población reclusa. Impacto en Zabaia. Proyecto Zubieta, incineradora y macrocárcel, los nazis lo hubieran adorado
La cárcel se impone sobre la conciencia. Disuade del mal paso y engulle a los desalmados. Más allá, Foucault explica cómo la generalización de la «forma-prisión» legitima a un «poder disciplinario» que trivializa lo que lleva de abuso. A su vez, Goffman descubre una anomalía en la base de la institución total, «una multitud de minúsculas historias» que niegan la versión oficial constituyendo un «movimiento de libertad».
Custodia, sofonisterión y suplicio platónicos. Prehenso con cadena latina. Resguardo en la Torre de Londres e inquisición en calabozos subterráneos. Vade in pace galeote. «Yo sueño que estoy aquí de estas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi», suspira Segismundo encerrado en Calderón. Casas de corrección. A lo lejos Santa Elena. «Yo soy el abate Faria, preso..., en el castillo de If». Bentham diseña un Panóptico para guardar penados con seguridad y economía. Oscar Wilde lo constata: «cada día es como un año, y un año cuyos días son largos».
Sing Sing para un caníbal. Ezkaba, gran evasión y triste contabilidad. «...Carcelero. Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma», asiente Miguel Hernández. ¡Quiero vivir!, grita Susan Hayward y Gary Gilmore entona la canción del verdugo. En la casa de cristal el Alcaide aplica la fuerza bruta y Brubeiker el contrapunto al expreso de medianoche. «Puedo beber, jefe», pregunta Paul Newman al carcelero. Papillon y Genet vuelan lejos de la Isla del Diablo. Fuga de Alcatraz. Un día en la vida de Iván Denisovich y un gulag en el archipiélago Soljenitsin. Carta de una presa en la galería de la muerte, Stammheim... En el nombre del padre. «Dos metros por tres», celda de aislamiento para los invisibles. Sarri huye en un bafle. Todos a la cárcel, sentencia Berlanga.
Guantánamo sin tiempo para el «enemigo combatiente». Prisiones flotantes en buques de la Armada. La Santé entre las más inhumanas. FIES y SIDA. El encarcelamiento por reincidencia en delitos menores y el cumplimiento íntegro de las condenas inflan la población penitenciaria y el Estado Penal barre Occidente. Según Schwarzenegger las prisiones privadas ofertan costes más bajos, ya acogen a unos 100.000 reclusos en el mayor sistema penitenciario del mundo, y en Europa se presentan como inversión de futuro. Dos jueces de Pensilvania reciben sobornos por encarcelar a dos millares de niños. Mil doscientos cincuenta pavos por cabeza.
Atravesamos la niebla de Garajonay y observamos las tiendas de campaña que recluyen a los supervivientes de los cayucos. Lampedusa no quiere ser la cárcel mediterránea. El Gobierno español construye macrocárceles, prevé el aumento de la población reclusa. Impacto en Zabaia. Proyecto Zubieta, incineradora y macrocárcel, los nazis lo hubieran adorado. Las sucesivas reformas del Código Penal agigantan las penas, establecen la cadena perpetua con la doctrina Parot y prevén la libertad vigilada de 20 años. La dispersión se amplifica. La ley de partidos dispara el número de presos políticos vascos. Las crónicas penitenciarias narran que el invierno ha sido muy frío. Los rostros se suceden. Entre tanto, una postal: En tal sitio, «sin olor a salitre y donde la noche tiene cuatro esquinas».