A Natasha Richardson le encantaba cocinar. Su casa en Nueva York era un lugar de encuentro para actores y actrices británicos, imagino que la echaran de menos. Era actriz, de esas que proceden de sagas familiares donde el talento se respira en el ambiente. Hija de una de las grandes, Vanessa Redgrave, su padre fue el desaparecido cineasta Tony Richardson, una de las figuras más importantes del «Free cinema». Natasha siguió los pasos de sus progenitores, amó el teatro y sobre la tarima dejó ver sus habilidades. Su vida profesional se desarrolló siempre bajo la sombra (y el amparo) de su entorno familiar. Muchos la conocían como la hija de Redgrave o la esposa de Lyan Neeson.

Natasha Jane Richardson nació el 11 de mayo de 1963 y debutó en el cine a los cuatro años de edad en la versión de 1968 de «La Carga de la Brigada Ligera», dirigida por su padre y en la que también aparecían su madre y su tío Corin Redgrave. Años más tarde reconoció que su progenitor ( fallecido en 1991) había sido su mayor influencia como actriz: «Su fe en mí me dio confianza en mí misma». Su infancia estuvo marcada por las actividades políticas de su madre; deambulaban de una casa a otra porque ella gastaba demasiado dinero en sus campañas. «Hubo una época en que ella estaba muy implicada en política y ese era el principal objetivo de su vida. Mi hermana Joely y yo éramos secundarias». De algún modo ese fue el lugar que ocupo entre las estrellas del celuloide, el de secundaria. Tras estudiar en la Central School of Speech and Drama de Londres, comenzó a trabajar profesionalmente en 1984, con 21 años. Su vida giró entorno al cine y el teatro, a camino entre Londres y Broadway. Precisamente en la capital británica debutó en el West End con un montaje de «La gaviota» de Chejov, que le reportó el premio a la mejor debutante en los galardones de la crítica teatral de Londres. Entre los numerosos reconocimientos teatrales que ha merecido destaca el Tony que recibió en 1998 por su participación en la versión de «Cabaret» que dirigió Sam Mendes en Broadway. En su haber cinematográfico destacan cintas como «Gothic» de Ken Russell, «Patty Hearst» de Paul Schrader , «El cuento de la doncella» de Volker Schlöndorff , «El pico de las viudas» de John Irvin, «Asylum» de David Mackenzie o «La condesa blanca» James Ivory. El año pasado, en «Evening», de Lajos Koltai, cumplió un sueño; trabajar con su madre y hacer de madre e hija.