Cuestión de casualidad y no de genética porque comparten apellido aunque no parentesco. Pero lo cierto es que dos Llorentes, Fernando y Joseba, se están consolidando esta temporada entre los mejores de la Liga.

Después de que el hondarribitarra se haya recuperado de los problemas físicos que arrastraba, El Madrigal acogerá esta noche un duelo entre ambos arietes. Los mejores, sin duda, del fútbol vasco, aunque van ampliando fronteras cada semana que pasa. Y ambos en su mejor momento -aunque, sobre todo en el caso del rojiblanco, más joven, parecen lejos de haber alcanzado su techo-, al que han llegado por caminos diferentes.

Frente a Fernando, que no se ha movido de Lezama desde los once años, el de Joseba ha sido más largo -es seis años mayor que su homónimo-, y con más escalas. Forjado en la cantera de la Real, con cuyo primer equipo debutó en Primera hace diez años, tuvo que pasar una temporada por el Eibar, como muchos de sus compañeros en el conjunto txuriurdin, para hacer méritos. Pero ni su papel como azulgrana, ni su nuevo paso por Anoeta -a la sombra de jugadores como Nihat o Kovacevic- le permitieron hacerse un hueco en su equipo de toda la vida. A los 25 años y tras su segunda temporada de cesión en el Eibar, la Real rescindió su contrato y el hondarribitarra pareció tocar fondo. Pero, en uno de esos guiños del destino, aquel verano de 2004 llegó al banquillo del Eibar José Luis Mendilibar, un hombre fundamental en la carrera de Joseba que, desvinculado de la Real, decidió quedarse en Ipurua. Todo un acierto. La excepcional temporada que firmaron los armeros, que rozaron el ascenso hasta la última jornada, y los 18 goles que anotó el delantero se convirtieron en un trampolín para técnico y jugador, que un año después desembarcaban juntos en el Valladolid. La progresión del hondarribitarra ya era imparable: su siguiente paso hacia la élite lo dio con la camiseta pucelana, ascendiendo a Primera y el definitivo llegaba el pasado verano, cuando fichaba por el Villarreal.

La durísima competencia que se ha encontrado en el equipo castellonense no ha podido con el delantero, que en cuatro años ha pasado de Segunda a cuartos de final de la Champions. Y con éxito, tanto en la competición doméstica como en la internacional. Ya sabe qué es anotar un hat-trick en la Liga de Campeones -lo consiguió frente al Aalborg-, la pasada semana anotó el tanto que clasificaba a su equipo para cuartos de final y además encabeza la tabla de rematadores del torneo continental -un chut entre los tres palos cada 26'2 minutos-, por encima de megaestrellas como Cristiano Ronaldo -uno cada 31'11-.

El Athletic

No ha sido tan exitosa su relación con el Athletic, al que en su día dijo «no» y frente al que todavía no ha podido marcar.

Con más de setenta partidos y 25 goles en sus cinco temporadas en Primera, ha saldado sus cuatro enfrentamientos con el Athletic sin mojar.