Juan Manuel Lillo quiso ayer frenar la euforia que se ha disparado en Donostia tras el triunfo contra el Xerez y la soberbia actuación del uruguayo Sebastián Abreu, y recordó que el ascenso está todavía «a muchos puntos de distancia».

El técnico realista admitió que los dos triunfos consecutivos y su traslado al estado anímico de los aficionados «es positivo», pero cree que aún hay mucho terreno por recorrer, ya que a los siete puntos de distancia con la tercera plaza se une el hecho de que hay muchos equipos con el mismo objetivo que la Real.

Lillo, por esa razón, se ha negado a especular con la posibilidad de que la Real se encuentre a cuatro puntos de su meta después de esta jornada, si Tenerife y Hércules pierden y los donostiarras vencen al Girona en Anoeta el próximo domingo.

«Vamos a ver qué pasa», comentó Lillo sobre esta cuestión, idéntica respuesta que dio cuando en vísperas de jugar contra el Xerez se le hizo la misma pregunta sobre un hipotético triunfo ante el conjunto jerezano, y es que su estrategia es ahora la de ir partido a partido.

El tolosarra volvió a dejar patente el conocimiento que tiene de los rivales a los que debe de enfrentarse -ve una media de cinco partidos pr evios de su siguiente adversario- y ha asegurado que el Girona es un equipo «muy complicado de superar» tal y como lo acreditan sus números.