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Sarkozy se niega a valorar la huelga que movilizó a tres millones de personas

La oposición y los sindicatos criticaron ayer el inmovilismo y mutismo del Ejecutivo francés tras la huelga general del jueves que movilizó a tres millones de personas en el Estado francés. Sarkozy declaró que no es su papel valorar la huelga, la segunda en menos de dos meses.

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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, declaró ayer que su papel como jefe del Estado no es comentar las huelgas y manifestaciones del jueves, sino «tomar decisiones» y «obtener resultados» frente a la crisis económica. Al igual que lo hiciera con la huelga del mes de enero, Sarkozy se negó a valorar la jornada que sacó a tres millones de personas a la calle en protesta por la política del Ejecutivo.

Los ocho grandes sindicatos convocantes, tras evaluar el éxito de la que ha sido la segunda huelga general en menos de dos meses, decidieron ayer no fijar nuevos paros, y han optado por esperar hasta el día 30 para «decidir» los pasos a seguir, según se recoge en la declaración conjunta que divulgaron tras su reunión de ayer. En ese texto subrayan el éxito de la movilización «tanto por el número de huelguistas de los sectores privado y público como por el número de manifestantes» que secundaron las más de 200 protestas convocadas en todo el país.

Según los sindicatos, tres millones de personas se movilizaron en protestar por la gestión de la crisis del Gobierno (algo más de un millón según la policía), El Gobierno y la patronal «deben escuchar» lo que reclaman los trabajadores y «responder a las propuestas» de sus representantes sindicales, añade la declaración, donde exigen más ayudas y un nuevo plan de impulso económico. «Frente a la intransigencia gubernamental y patronal, las organizaciones sindicales deciden buscar las modalidades más adaptadas para dar mayor eficacia a las próximas movilizaciones», declaran.

Sin embargo, el Ejecutivo parece no estar dispuesto a atender sus peticiones. El primer ministro, François Fillon, dejó claro que no habrá un segundo plan. Ayer lo volvió a decir el ministro de Trabajo, Brice Hortefeux, quien además advirtió de que las manifestaciones no son la mejor receta para superar una crisis como la actual. Para la oposición, este tipo de declaraciones demuestran el «desprecio» y la «indiferencia» del actual Ejecutivo. Esto es lo que opina la dirigente socialista y ex candidata presidencial Ségolène Royal, quien apostó ayer por más movilizaciones y más presión al Gobierno. El Partido Comunista consideró que el «mutismo« de la derecha es un «insulto al sufrimiento de los franceses».

«deben escuchar»

Los sindicatos advierten de que el Gobierno y la patronal deben escuchar lo que reclaman los trabajadores y responder a las propuestas de sus representantes sindicales.

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