La negociación entre PSOE y PP entra en su fase definitiva, de la cual Patxi López saldrá seguramente como lehendakari a partir de un acuerdo de mínimos. Pero los partidos se preparan ya para el escenario posterior, y ni PSOE ni PP descartan ahí llegar a acuerdos con el PNV sobre políticas concretas.

Así, la formación que lidera López ya ha dejado claro al PP que sólo le otorgará la condición de «socio prioritario», pero que no está dispuesto a dejarse dirigir en todo tipo de políticas. El ejemplo más claro parece ser el de la educación, que el PSE quiere convertir en un referente de «política no frentista». En este terreno tratará de mantener los consensos básicos con el PNV que se evidenciaron al final de la legislatura, cuando ambos partidos bloquearon un intento postrero de aprobar una reforma de los modelos lingüísticos que garantizara que el alumnado adquiere capacitación plena en euskara al final del ciclo.

Para ello ya hay representantes del PNV plenamente dispuestos. El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, hablaba ayer por ejemplo en una entrevista en ``El Correo'' de que «no nos vamos a echar al monte, seguiremos buscando acuerdos». Pese a que López desalojará a Juan José Ibarretxe valién- dose del apartheid político, Bilbao afirma que «sigo creyendo que el futuro de este país pasa por un entendimiento entre el nacionalismo institucional y el socialismo»

Por su parte, el PP tampoco renuncia a pivotar sobre los 30 parlamentarios jeltzales, que le otorgarían mayoría en la Cámara. Antonio Basagoiti, su dirigente en la CAV, tendía la mano ayer desde `'El Diario Vasco''. Además de apuntar que «aquí hay muchos nacionalistas y hay que saber gobernar también para ellos», Basagoiti lanzaba varias ofertas de colaboración concretas al PNV, como «yo tampo- co descarto pactar con el PNV una bajada de impuestos» o «yo puedo alcanzar acuerdos con el PNV perfectamente en el ámbito económico o en infraestructuras. Pero no en política lingüística», matizaba.

El Parlamento

Con todo, lo primero que deberá cerrarse por cuestiones de plazos no es el acuerdo político, sino el reparto de cargos en la dirección del Parlamento. Leopol- do Barreda, portavoz del PP en la Cámara, indicó ayer al PSE que «esta semana habrá que hablar de los órganos del Parlamento y de las comisiones, porque se constituyen el día 3».

El PP no sólo pretende que el presidente sea Carmelo Barrio, sino que además quiere hacerse con otro de los cinco puestos de la Mesa de la Cámara. El PSOE da por bueno que entre ambos deben tener mayoría en este foro para regular con comodidad su funcionamiento, pero considera excesiva la demanda del partido de Basagoiti. Como medida de presión, ha insinuado que el presidente del Parlamento debería ser euskaldun, lo que pone en un brete al PP.