Sin lugar a dudas, los hermanos Martín y Simón Elías han estado muy sueltos durante esta recién acabada temporada invernal pirenaica. Se les ha visto en importantes escenarios, y, la verdad, han escalado cómodos; bueno, que se entienda.

El más experimentado de los hermanos riojanos, Simón, «fichó» en este invierno a su hermano más joven, Martín, para sus correrías en la cordillera pirenaica. No es ni mucho menos la primera vez que se les ve juntos, pero este invierno han escalado mucho. Vías nuevas y no tan nuevas de referencia como «La ruta de Shakelton», «A las estrellas», la este del Midi d´Ossau... Duro y con compromiso. Y, además, con la gran calidad demostrada por el más joven de los hermanos escalando a vista y encadenando largos de gran dificultad técnica.

En esta última historia, los dos hermanos se presentaron ante el espolón noroeste de Peña Telera. Cómo no, era Simón el organizador de la idea: «Hacía tiempo que en mi cabeza rondaba el proyecto de escalar todo el espolón noroeste; mil metros de desnivel todavía sin encadenar. Es uno de los bastiones más grandes del Pirineo. Ya tenía abierta `La Prueba' con Jordi Corominas. Luego, Josune Bereziartu y Rikar Otegi abrieron `Frenesí' (M7), justo en el muro central del espolón, pero evitaron los últimos largos al desviarse por campas de nieve».

17 horas de actividad

Así pues, por la zona de arriba tenían 200 metros todavía vírgenes, que enlazan justamente con la ruta «La Senda de los Cuervos». Hilvanar todos esos pegotes («La Pueba», «Frenesí» y la zona virgen) era el objetivo principal. En definitiva, nada más y nada menos que 1.000 metros: la línea invernal del espolón rocoso más grande del Pirineo. Lo consiguieron, y a la actividad le han llamado «Triple Bum» (M8 y 95º).

Para las cuatro de la mañana del pasado día 10, los hermanos Elías se ponen en marcha. Ya en la base de la pared, el hermano más veterano, Simón, comienza con el encadenamiento de las tres partes señaladas: «Le doy a los primeros largos difíciles de `La Prueba', y luego siguió Martín por unas placas en condiciones excepcionales. Tras unas travesías y algún corredor salpicado con resaltes a 75º llegamos a la vía `Frenesí'. El primer largo de M6/7 resultó 6b, pues pude escalarlo con las manos. Mi hermano comenzó otro largo de chimenea que nos llevaría al hielo. Peleó encajonándose entre la roca durante más de una hora y media; entre otras cosas, limpiando tapones de hielo».

Tras una dura lucha, la cordada riojana llega a una zona de hielo desplomada, sin seguros y muy atlética. El más joven de los hermanos, como viene siendo habitual en las últimas escaladas invernales, encadena a vista un largo que, según los protagonistas, rondará el M8.

Todavía siguen en la vía Frenesí, pero con la mayor parte de las dificultades técnicas superadas: «El resto de las tiradas de la `Frenesí' fueron de una gran belleza, y el hielo estaba en perfectas condiciones. En la parte superior de nuestra escalada la nieve estaba sin transformar y tuvimos que abrir una profunda trinchera sobre placas de roca hasta llegar a las goulottes que enlazarían con la línea `La Senda de los Cuervos'. Esta era la única parte del itinerario que permanecía virgen».

No les quedaba mucho para terminar con el encadenamiento, pero todavía se iban a enfrentar a duras secciones técnicas. A una primera tirada de M6+, le siguió otra con pequeños resaltes a 75º. El resto de la escalada lo cuenta el propio Simón: «Realizamos una gran travesía sobre nieve azúcar, y turno para la resignación de buscar una salida menos estética y empinada al ver que los tres últimos largos de `La Senda de los Cuervos' estaban sin formar. Llegamos a la cumbre al anochecer, y, con fuerte viento, encontramos el descenso por el corredor de la Y. 17 horas después de haber comenzado la escalada, regresamos a la furgoneta. Escalamos 1.000 metros de pared con dificultades técnicas muy mantenidas. También abrimos 130 metros nuevos».