Fight the power
Ines INTXAUSTI
Crítica de televisión
El cuarto poder, ese que tanto influye en los otros tres, pero sobre todo en el ejecutivo, tiene un margen de maniobrabilidad insospechado en ciertas épocas del año. Por ejemplo en primavera; que es cuando desfloran dolorosa y hermosamente las vírgenes flores. Y esta primavera, en la que además nacerá un nuevo gobierno, los medios que comunican a las masas dependen de sus mensajes proferidos. Los que han aúpado al poder a unos y los que han desbancado a otros -a muchos comunicadores, sobre otros, se les pide explicaciones e implicaciones directas- están a expensas del reparto de chocolate de engorde. La televisión es el medio más visible de todo (en) este asunto.
Sin embargo voy a agradecer a la nuestra, a ETB, que nos haya guardado dos programas complementarios como regalo post electoral. Uno de ellos versa sobre la idea que tienen diferentes extranjeros sobre nosotros. Y el otro nos llevará a recorrer el resto del mundo a través de una diáspora comprendida por sujetos de nuestra misma aproximada identidad en diferentes países del planeta. Vascos vistos desde fuera y vascos que miran a los que están afuera desde la propia fuera.
El primer programa aglutinó a chinos, japoneses, americanos, argentinos, lituanos, thailandeses, senegaleses opinando sobre nuestro aspecto humano, nuestra apariencia. Recuerdo a una china de las de aspecto -para mi como extranjera- hipersonriente que se carcajeaba porque aquí la gente lleva el pelo rojo, azul, blanco... Si los tintes son Made in China ¿qué es lo que le provocaba tanta gracia? No me lo tomé en serio. Al fin y al cabo nuestra forma externa está sometida al momento y a la forma de los ojos en que esa china nos miró. No era juego serio. Pero sí divertido. De todas formas está claro que los más integrados, polacos o ingleses cuyos cónyuges son vascos, son mucho más rigurosos en la observación casi entomológica. Mi vecino caló es más explícito: «mamá fuérate» dice a su madre para que salga. Más vivir y menos viajar. Está claro.