La Real busca en Castellón una cuarta victoria consecutiva que refuerce su posición para optar al ascenso y alejar a un rival directo. No será un partido fácil porque los locales han ganado los tres partidos que han jugado contra la Real desde que bajó a Segunda y sólo el Alavés ha vencido esta temporada en Castalia.

Pero los blanquiazules querrán dar continuidad a su racha positiva y a la negativa de un Castellón que hace tres semanas llevaba siete puntos a la Real y ahora está uno por detrás. Ganar hoy además permitiría, por lo menos, igualar el average particular y distanciar en cuatro puntos a un rival directo.

Para ello la Real deberá sobreponerse a las bajas de Bravo y Abreu por sus compromisos internacionales. El chileno lleva una muy buena temporada, pero Zubikarai no ha encajado gol en cuatro de los cinco partidos en los que le ha sustituido y en el quinto realizó una parada extraordinaria que mantuvo vivo a su equipo en el marcador en Zaragoza. Ha sido una garantía y cabe esperar que vuelva a serlo y no acuse su inactividad, ya que no juega un partido oficial desde el 18 de octubre.

Para sustituir a Abreu, Lillo tiene las opciones de Agirretxe y Necati. El turco ha sido el primer recambio para la delantera en los últimos partidos, pero el usurbildarra puede tener sus opciones, al menos si se tiene en cuenta lo aportado por cada uno durante esta temporada. Carlos Martínez y el portero del filial, Urtzi Iturrioz, sustituyeron a los sudamericanos en la lista que facilitó Lillo tras el entrenamiento de ayer, antes de emprender viaje por carretera hasta la capital castellonense.

La preocupación

Al margen del nombre del sustituto de Abreu, la gran incógnita es saber qué hará Lillo para corregir los problemas que su 3-4-3 asimétrico tiene en banda izquierda, lado por el que Mikel González tiene mucho espacio que cubrir y pocas ayudas. Arana, que ha marcado tres goles en tres partidos contra la Real, es después de Xabi Prieto el mejor jugador de banda derecha de Segunda y parecería un suicidio jugar de esa manera. Además el Castellón es un equipo que con Mario Rosas garantiza mucha posesión, lo que no recomienda seguir con el mismo sistema, que se ha mostrado muy vulnerable cuando el rival tiene el balón y ataca por su derecha.

Pino Zamorano, un árbitro que siempre entraña su peligro y que cabe esperar que esta tarde no tenga ninguna influencia, dirigirá un partido que, de ser ganado por la Real, le permitiría recortar diferencias con los que le preceden porque Xerez y Zaragoza juegan hoy entre sí.