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Los méritos se estrellaron contra la pegada herculina

Los babazorros pusieron el esfuerzo, el dominio y el juego; los visitantes, los goles, que a la postre es lo que vale. Un gol fantasma pudo suponer el 2-1, que hubiera variado notablemente el devenir del choque.

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ALAVES 1

HÉRCULES 3

Natxo MATXIN | GASTEIZ

El Alavés tuvo una magnífica oportunidad para salir de los puestos de descenso ante un Hércules al que lo tuvo contra las cuerdas durante la primera parte, pero los de Javi López no supieron rematar la faena y acabaron pagándolo. Aunque, vistos los méritos de ambos, los babazorros sufrieron demasiado castigo ante la pegada del Hércules que, a la postre, es lo que vale para obtener resultados.

De nuevo, volvieron a demostrar que juegan bastante cómodos ante escuadras de la parte de arriba, pero también que no le saben sacar un óptimo rendi- miento a ese buen nivel, lo que hace que los albiazules sigan en el pozo y acumulen ya una racha de cinco encuentros consecutivos sin conocer la derrota, por lo que se impone una reacción inmediata.

El devenir del inicio del choque no hacía presagiar que el Alavés iba a salir nuevamente derrotado. El tempranero gol de Juanjo, que lució una aparatosa máscara de protección, reforzó sensiblemente a los locales para meterse más todavía en el encuentro y llevarlo al terreno que más les convenía.

Nuevamente, la estrategia se convirtió en un arma decisiva, ya que el toque de cabeza de Emilio en el segundo poste desequilibró a la defensa herculina e impidió que consiguiera tapar la magnífica media chilena de Almirón y el mortífero toquecito con la testa del delantero santanderino.

A base de mucha presión -especialmente cuando el esférico llegaba a las inmediaciones de Farinós y Tote, los hombres creadores del Hércules-, juntar líneas y salidas rápidas a la contra, los locales mantuvieron en jaque a un Hércules, que se vio desbordado por el tesón albiazul y para el que ir por detrás en el marcador fue una pesada losa durante toda la primera mitad.

Sus ideas se limitaron a buscar la corpulencia de Taborda -dejó al ex alavesista Rubén Navarro en el banquillo-, quien remató un balón al poste, pero la tímida reacción visitante tuvo amplia contrarréplica por parte del Alavés.

Albacar empalmó con la zurda a la media hora, pero el esférico fue abandonando su trayectoria hacia la escuadra a medida que se aproximaba a portería y Moreno, dos minutos después, ponía a prueba a Calatayud, que se convertiría, conforme avanzó el envite, en un hombre clave para los suyos.

Sólo Tote inquietó al filo del descanso con un balón suelto que le cayó a su pierna mala y que bien poco pudo hacer ante la acertada salida de Bonis, quien cubrió muy bien su arco para evitar un empate que hubiera sido a todas luces injusto en unos primeros cuarenta y cinco minutos en los que los albiazules se merecieron ir a vesturios con una ventaja más amplia que un solitario gol.

Gol fantasma

Pero el fútbol es un deporte en el que no se gana a los puntos, sino por K.O. Y de eso, el Hércules sabe de sobra, como lo demostró en la segunda mitad. Poco más de diez minutos les bastaron a los de Mandía para darle la vuelta al electrónico, aunque con jugada polémica de por medio.

Tote ya se había aprovechado de un flojo rechace de la defensa babazorra para conseguir la igualada, cuando en un corner el Alavés volvió a meter el miedo en el cuerpo al rival tras tocar en el primer palo y quedarse solo Juanjo en el segundo para remachar a portería y encontrarse con un desesperado Calatayud que voló para sacar una pelota bajo palos, que para unos entró y para otros, no. Al final, el linier, que es quien manda y que ya en la primera parte había señalado un fuera de juego inexistente a los anfitriones, pareció verlo muy claro y no dio un 2-1 que podría haber cambiado radicalmente el devenir del encuentro.

A renglón seguido, llegó el inmerecido mazazo para un Alavés que estaba volviendo a llevar el dominio. De un centro con nieve de Sales desde la derecha sacó tajada un Sendoa que tiró de calidad para enganchar a bote pronto un difícil balón e introducirlo en las mallas de Bonis. El 1-2 mató a los babazorros, que no veían recompensado su esfuerzo y recibían una bofetada cada vez que el Hércules se aproximaba a su área.

El tercero de los herculinos no hizo sino ratificar su eficacia goleadora, en este caso en las botas de Rubén Navarro, un viejo conocido de la casa, que pidió perdón por su «fechoría», y dejó al que fue su equipo compuesto y sin novia, pese a las buenas sensaciones transmitidas.

Javi López: «Hay que tratar de sobreponerse porque el trabajo lo estamos haciendo correcto»

Aunque no contento con el resultado final, el técnico albiazul, Javi López, destacó el trabajo de sus jugadores y realizó la lectura que todo el mundo desde la grada aceptó con resignación: que se impuso la eficacia. «Tenemos que aprender a sobreponernos porque, a pesar de la derrota y de que estamos dolidos, el equipo está haciendo un trabajo correcto y se esfuerza al 100%, de ahí que dé muestras de conseguir el objetivo de la salvación», confirmó el catalán.

Todo hará falta para una escuadra que ya acumula cinco partidos consecutivos sin conocer el triple y que deberá seguir echando el resto si quiere mantenerse un año más en Segunda. «Hacemos cosas muy buenas y somos capaces de comprometer a rivales de entidad. Sinceramente, no creo que esto dure una eternidad y los frutos acabarán llegando».

La pegada herculina fue lo que, a su juicio, decantó el choque. «Está claro que ha sido así porque han tenido dos llegadas al comienzo de la segunda parte y han conseguido dos goles. El 1-2 nos ha hecho mucho daño y nos ha dejado descolocados. Hasta entonces no habíamos corrido serio peligro, ni había dominio por parte del rival, ni nos habían creado ocasiones claras, pero el nivel de acierto demuestra la categoría del oponente», certificó.

N.M.

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