Profesores de la UPNA canalizan una gran respuesta a Gendulain
Después del reciente éxito obtenido con el blog contra el «pelotazo» urbanístico de Gendulain, cuyo manifiesto ha recibido en pocos días unas 700 adhesiones y 200 comentarios, los profesores de la UPNA que lo impulsaron han decidido canalizar la gran respuesta ciudadana a esta operación y hacer una recogida convencional de firmas para llevarlas al Parlamento.
Iñaki VIGOR |
Pablo Archel, profesor del Departamento de Gestión de Empresas en el Area de Economía Financiera y Contabilidad, Juan Carlos Longás, profesor del Departamento de Economía, y Eduardo Lacasta, que trabaja en Didáctica de la Matemática, informaron ayer en rueda de prensa de nuevas iniciativas para intentar paralizar el «pelotazo» de Gendulain.
Estos docentes dejaron claro que no comparecían en representación de nadie, pero constataron que existe un colectivo importante de profesores que de la UPNA y de trabajadores de Administración y Servicios de este centro «contrariados» por la propuesta que hicieron dirigentes del PSN para comprar con dinero público los derechos de edificabilidad a las empresas que promovieron dicha macrourbanización.
Fue precisamente el «gran malestar» que percibieron en «amplísimos sectores de la ciudadanía» lo que les impulsó recientemente a habilitar una fórmula que pudiera canalizar ese descontento y recoger el sentir vecinal sobre este tema. Esa inquietud se concretó en un manifiesto que fue colgado en un blog, y que en dos semanas ha obtenido unas 700 adhesiones y más de 200 comentarios.
Aunque valoraron de forma muy positiva esta respuesta, estos profesores pidieron disculpas a «las muchísimas personas que han entrado en el blog y no han podido adherirse al manifiesto, porque nosotros no hemos sido muy hábiles en la gestión de este blog».
Tras indicar que «ya ha dado de sí todo lo que podía», informaron de que se ha puesto en marcha una nueva fase, consistente en recoger firmas por el procedimiento tradicional para presentarlas en el Parlamento de Nafarroa en el plazo aproximado de un mes. Esta recogida se centralizará en el Apartado de Correos 1208, de Iruñea, y también puede hacerse en varias librerías de la ciudad.
Estos tres profesores precisaron que el objetivo de esta iniciativa es «evitar el atropello» sobre la operación Gendulain «precisamente en un momento en que la ciudadanía no aprobaría de ninguna manera que con dinero público se rescatase a un sector que alguna responsabilidad ha tenido también en la profunda crisis financiera y económica del país, y sobre todo de la construcción».
Tras señalar que «tienen que ser los agentes sociales los que se hagan eco de este malestar», emplazaron a partidos políticos, sindicatos y «sobre todo al riquísimo tejido social que existe en esta sociedad» a implicarse para «evitar este atropello por todos los medios democráticos a nuestro alcance».
«Disparate tras disparate»
Juan Carlos Longás se refirió a las características técnicas de la operación Gendulain, de la que dijo que es «un despropósito desde sus mismos inicios» y una operación «poco clara».
En este sentido, recordó que el grupo de empresas promotoras pagó «unos precios muy elevados sin ninguna justificación» y «se creó artificialmente una renta del suelo en un terreno agrícola alejado de Pamplona, pagando 37 euros por metro cuadrado cuando luego salió un concurso público a 30 euros por medio cuadrado».
«En esta operación se repite disparate tras disparate. No se sabe en qué condiciones la empresa Desarrollo Sostenible de Navarra compró esos terrenos, pero sí se sabe que hay unos particulares, los propietarios de los terrenos de Gendulain, que han dado un pelotazo que seguramente no hubieran imaginado ni en el más fantástico de sus sueños», afirmó Longás.
Sus críticas fueron dirigidas hacia el PSN por pedir que el Gobierno financie este «pelotazo privado», sobre todo porque «aquella operación no fue más que una apuesta, y como ahora esa apuesta ha resultado fallida, se apela al sector público para que cubra las pérdidas».
A su juicio, esta operación «no se justifica por razones económicas, sociales ni éticas, y tampoco se justifica por las dos razones que dan quienes han hecho esa propuesta: preservar puestos de trabajo y constituir una reserva de suelo».
«Lo de los puestos de trabajo es una falacia, porque en Gendulain -constató- no hay una sola grúa y no hay un solo empleo. Hacer depender todo el empleo de la construcción en Navarra de la operación de Gendulain como mínimo es una visión muy simplista de las cosas, cuando no oculta simplemente una intención de engañar».
Respecto a la supuesta «reserva de suelo», afirmó lo siguiente: «Sería demencial que alguien se plantee, no ya ahora sino dentro de 40 años, edificar en Gendulain. Si dentro de cuatro décadas está edificado, es que la planificación urbana y la ordenación del territorio en la comarca de Pamplona y en Navarra ha sido un auténtico desastre. En estos momentos hay suelo previsto en la comarca para 35.000 viviendas, y el Ayuntamiento de Egues está pensando en preparar suelo para otras 30.000. Por tanto, sería un verdadero disparate».
La conclusión que sacó es que «de lo que se trata simplemente es de cubrir pérdidas privadas de un grupo de empresas a partir de una apuesta sumamente arriesgada», y puso un sencillo ejemplo: «Es como si yo me compro un piso que vale 100.000 euros y pago un millón de euros, y como no puedo pagarlo voy al sector público a que pague las cuotas de mi hipoteca. A cualquiera le parecería un disparate. Lo que pasa es que hemos llegado a un punto en el cual si una persona se arruina discretamente, no pasa nada y todo el mundo lo considera normal, pero si se hace un agujero inmenso, entonces quien debe intervenir es el sector público. Eso es lo que late en el fondo de toda esta operación».
Varios docentes han puesto en marcha una recogida de firmas tradicional contra el «pelotazo» de Gendulain, firmas que entregarán en el Parlamento navarro en el plazo aproximado de un mes.
«Los propietarios del Condado de Gendulain han dado un pelotazo que seguramente no hubieran imaginado ni en el más fantástico de sus sueños», afirma Juan Carlos Longás, uno de los profesores que ha impulsado la iniciativa.
«Se han sobrepasado todas las líneas rojas que limitan la decencia política». De esta forma calificó el profesor Eduardo Lacasta la propuesta del PSN para pagar a Desarrollo Sostenible el dinero invertido en Gendulain.
A su juicio, no existe «ninguna razón ética admisible» para pagar con recursos públicos esa apuesta privada. «Si finalmente hacen ese pago, ¿cómo nos vamos a reconocer en la Hacienda Pública o en poderes públicos que actúan con total impunidad?», se preguntó.
También dijo que la operación en torno al proyecto de Gendulain es «indecente, impresentable e inmoral, pero no necesariamente ilegal, porque el Gobierno puede utilizar otras vías para llevarla a cabo».
Como aspecto positivo, Lacasta valoró que este caso ha motivado el «despertar de la conciencia cívica en Navarra».I. V.