Raúl Alfonsín, muerto el martes por un cáncer a los 82 años, fue el primer presidente argentino elegido en las urnas tras la sangrienta dictadura militar de los años 1976-1983, cuyos responsables fueron procesados en un juicio calificado de histórico pero que decepcionó a las víctimas. Alfonsín cedió ante los militares en 1987, cuando los llamados carapintadas se sublevaron en contra de que sus compañeros fueran juzgados, realizando una apología de los crímenes llevados a cabo durante la dictadura.

El acuerdo entre Alfonsín y los carapintadas desembocó en la votación por el Parlamento de la Ley de Obediencia Debida, que permitió que los militares que practicaron la tortura, incluso a embarazadas, o lanzaron a detenidos desde aviones al mar escapar a la acción de la Justicia. Se estima que unas 30.000 personas fueron torturadas y posteriormente ejecutadas por los represores de la dictadura argentina.

Esta ley de amnistía, anulada posteriormente durante la Presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007) abriendo la vía a la reapertura de los procesos, asestó un golpe mortal al Gobierno de Alfonsín que, desacreditado, se hundió debido a la crisis económico y la hiperinflación.

En 1989, Argentina registró una inflación del 5.000% anual y Alfonsín tuvo que hacer frente a varias huelgas generales. Por ello, anunció en televisión que acortaba su mandato en seis meses y dejaba vía libre al vencedor de las elecciones, Carlos Menem (1989-1999).

Nacido en plena pampa, en Chascomus, en la provincia de Buenos Aires, Alfonsín continuó siendo una personalidad influyente en el seno del vetusto Partido Radical y continuó maniobrando políticamente en la sombra.

En 1994 volvió a recibir duras críticas por permitir la reelección de Menem mediante una reforma constitucional acordado en secreto mediante el Pacto de Olivos, nombre de la residencia oficial del presidente de la República argentina.

Logros

Entre los logros de Alfonsín, se encuentra la firma de la paz con Chile, poniendo punto final a las diferencias sobre el canal de Beagle, en el extremo sur del país, tras un referéndum que abrió la vía a las concesiones que era necesario realizar.

Asimismo, fue uno de los impulsores de Mercosur, el mercado común de los países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), al firmar con su homólogo brasileño José Sarney un acuerdo sobre la industria automovilísitica que supuso el primer paso en la integración económica regional sudamericana.