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Goio G. Barandalla Colectivo Malatextos

Tú eliges, tú decides (CAN «dixit»)

Han detenido a Enric Duran. Este militante anticapitalista anunció públicamente haber hecho pequeños fraudes a un buen número de entidades bancarias. Consiguió créditos de distinta cuantía, llegando a sumar unos cientos de miles de euros que empleó en diversas donaciones y en la edición del periódico «Crisi», en el que se explica su modo de actuar ante la crisis, sus causas y sus consecuencias, y cuyo segundo número ha visto recientemente la luz. Una de las entidades afectadas fue la CAN, que por primera vez contribuyó a financiar un proyecto elegido libre y conscientemente, por fin la Banca Cívica que tanto anuncian.

El confeso delincuente utilizó el fraude de forma desinteresada para evidenciar otro fraude exponencialmente mayor, el del mundo financiero. En éste la especulación y la avaricia nos han llevado a toda la sociedad a un escenario de crisis económica y ecológica que ahora debemos pagar.

Este ladrón bueno cae bien a quienes no simpatizan con los bancos, porque se reparten sus tributos al Estado y no les conceden créditos, porque se quedan con su casa, porque les suben la hipoteca, porque cobran comisiones, porque financian industrias armamentísticas, porque degradan términos como «revolución» y «cívica», porque al no tener el dinero que dicen tener aplican corralitos, porque se les indigesta su publicidad, su marketing y su trato humano, porque partidos y dos sindicatos controlan las cajas, porque cada vez hay más precariedad entre sus empleados rasos... porque mataron a Bambi. Así es nuestra banca cínica y contrarrevolucionaria.

No obstante, Enric ha dado con sus huesos en la cárcel y no, no comparte celda con ningún estafador a gran escala. Esos que utilizaron el fraude para aprovechamiento personal disfrutan de buenos sueldos o de buenas indemnizaciones por habernos llevado a este caos que, por otra parte, es inherente al capitalismo que los «grandes líderes» mundiales pretenden refundar, eternizando su epitafio: «Murió antes de morir».

Es purificador cómo en ausencia material de aperos la imaginación humana cultiva vacíos donde brotan alternativas aún capaces de pillarlos con las lorzas al aire. Da la impresión de que asistimos a una nueva generación de héroes. Más cercanos, más de a pie, pero combativos e inteligentes. El zapatazo iraquí o el fraude de Enric, siendo como son, pellizquitos en las carnes de quienes violentamente asestan grandes golpes a la humanidad, son actuaciones tan certeras como dignas, y justamente por ello perseguidas y penadas. A ver quién es el listo ahora, tras destapar las siluetas de Platón, que no puede ver que está desnudo el rey.

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