«Poseídos por el Dios de la furia y el Demonio de la ternura, salen de la cárcel nuestras palabras hacia la lluvia. Y sedientos de luz te nombramos hermano (...)», compañero José.

Ya hace unos días desde que diste tu último aliento entre los muros de esta prisión y todavía nos cuesta hacernos a la nueva realidad, en la que no volveremos a encontranos físicamente, pero en la que difícilmente dejarás de acompañarnos en nuestras mentes y corazones. Algunos te conocimos compartiendo patio, partidos de pala, conversaciones, etc.; otros, de coincidir en alguna comunicación, y otros no tuvimos ni siquiera la suerte de haberte conocido personalmente. Eso sí, a ninguno nos faltó «tu regalo de bienvenida» en forma de pulseras, una con los colores de la ikurriña y otra con los colores rojo, amarillo y morado de la bandera republicana.

Cómo olvidar también tu generosidad y compromiso militante. Los detalles del día a día y toda una vida dedicada a la lucha contra el fascismo y por la emancipación de la clase trabajadora en los GRAPO y en el PCE (r) son buena muestra de ello. La mejor muestra, sin duda.

Somo hijos e hijas de un pueblo, el vasco, que hemos visto nacer y morir en la lucha a muchos de nuestros hermanos y hermanas. Y sabemos reconocer también a aquellos que dentro del pueblo español ocupan el lugar de luchadores de vanguardia: tú eres uno de ellos. Así te recordaremos siempre.

Conscientes de que el mejor homenaje será la victoria, nos despedimos de ti. Hasta entonces ¡hasta la victoria siempre!

Un fuerte abrazo lleno de fuerza y cariño a la familia de José, a sus camaradas y muy especialmente, a su compañera, Concha.

(El resto de firmantes de la carta son las presas y presos políticos vascos Iban Apaolaza, Eder Ariz, Xabier Arregi, Irkus Badillo, Jon Bilbao, Mirian Campos, Iñaki Fagoaga, Nerea Garro, Agurtzane Izarza, Imanol Nieto y Aitziber Sagarminaga).