Antes se coje al mentiroso que al cojo, reza el adagio. Incluso aunque éste vaya sentado a los mandos de un McLaren y sea el campeón del mundo. El caso es que los comisarios de la Fórmula Uno han descubierto que Lewis Hamilton y su equipo les engañaron el pasado domingo, al término del Gran Premio de Australia.

La historia arranca con el coche de seguridad sobre la pista. A falta de dos vueltas para la conclusión, Trulli (Toyota), que marcha tercero, se sale de la pista y es adelantado por Hamilton. En McLaren no ven la salida de pista de Trulli,por lo que informan a Hamilton de que para evitar que le sancionen -la carrera estaba neutralizada- tiene que dejar pasar al italiano.

El británico se aparta y frena para restablecer las posiciones. Al término de la prueba, McLaren niega este extremo y los comisarios sancionan a Trulli con 25 segundos de penalización. Hamilton sube al podio como tercer clasificado.

Pero la mentira carece de ese extra de velocidad que, por ejemplo, ofrece a los Brawn su difusor trasero, por lo que no llega muy lejos. Los comisarios acceden a las grabaciones y escuchan la conversación entre Hamilton y su equipo. Conclusión: Trulli recupera el tercer puesto y tanto Hamilton como su equipo se quedan con el casillero en cero.

Sexto castigo en un año

La noticia se produjo en vísperas de los primeros entrenamientos oficiales para el Gran Premio de Malasia, que se corre este domingo. En este mismo circuito de Sepang, Hamilton fue sancionado el pasado año con la pérdida de cinco puestos en la formación de salida por haber obstaculizado a otros participantes en la sesión de clasificación.

Era la primera, pero no la última, ya que fue castigado en otras cuatro ocasiones a lo largo de la campaña 2008. En Canadá se saltó el semáforo rojo a la salida de los boxes y se llevó por delante al finlandés Raikkonen (Ferrari). En el GP de Francia tuvo que pasar por la calle de garajes tras haberse saltado una variante en la que adelantó a Vettel. Algo similar hizo en Bélgica, mientras que en Japón salió mal, frenó tarde en la primera curva y obligó a muchos pilotos a realizar el viraje por el exterior, que estaba asfaltado, para evitar la colisión.