Una reacción desproporcionada al disparo previsto de un cohete por parte de Corea del Norte podría comprometer las conversaciones con Pyongyang sobre la desnuclearización, con lo que aumentaría el riesgo de que estallase una guerra, advirtió el miércoles el grupo de investigación International Crisis Group (ICG). Haciendo caso omiso a las presiones, Corea del Norte ha anunciado que tiene previsto lanzar un misil de largo alcance Taepodong-2, que puede llegar hasta Alaska, entre mañana y el 8 de abril.

Ante este anuncio, el presidente de EEUU, Barack Obama, y el de Corea del Sur, Lee Myung-bak, acordaron en Londres que si finalmente se produce el lanzamiento del cohete, llevarán esta cuestión al Consejo de Seguridad de la ONU.

Ambos presidentes «se mostraron de acuerdo en la necesidad de que haya una reacción conjunta de la comunidad internacional, como remitir a Corea del Norte al Consejo de Seguridad», dijo Lee Dong-kwan, portavoz de la Presidencia de Corea del Sur, a la agencia Yonhap.

Obama añadió que el lanzamiento del cohete por parte de Corea del Norte sería «una provocación».

Mientras, Corea del Norte parece dispuesta a realizar el lanzamiento. La agencia surcoreana Yonhap informó de que Pyongyang ha desplegado varios aviones de combate Mig-23 alrededor de la plataforma de lanzamiento de Musudan-ri para defenderse de cualquier posible ataque tras disparar el Taepedong-2. Según Yonhap, Pyongyang «ha dejado claro que golpeará mortalmente y sin piedad» a quien intente interferir el lanzamiento del cohete, que ya ha comenzado a ser cargado de combustible.