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El penalti perfecto sí existe, afirman investigadores británicos

Si se pregunta a cualquier aficionado al fútbol sobre su definición del penalti perfecto, diría que es aquel que entra cuando es a favor y aquel que no entra si se pita en contra. Pero un grupo de científicos ha querido dar una respuesta más académica a la cuestión.

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Roberto Baggio, uno de los futbolistas más geniales que ha dado Italia en las últimas décadas, se acordará siempre del penalti enviado a las nubes y que le costó a la selección azzurra el Mundial del 94 ante Brasil; Román Riquelme será recordado en Villarreal por la pena máxima marrada ante el Arsenal en la semifinal de la Champions League; Andrey Shevchenko no olvidará su oportunidad malograda desde los once metros en la final europea que le dio un épico triunfo al Liverpool frente al Milan en 2005; y así la lista sería interminable. La ruleta rusa del fútbol se llaman los penaltis, sea una tanda tras una prórroga, sea un solitario cara a cara con el arquero rival a mitad de partido. ¿Existe el penalti perfecto? Pues unos científicos afirman que sí.

Ellos inventaron no el fútbol, pero sí las reglas del deporte del balompié. No podían ser sino los británicos quienes afirmen haber dado con la solución, aunque llevarla a la práctica sea otra cosa. Un equipo de investigación de la Universidad John Moores de Liverpool afirma tener la clave, según recoge esta semana la web de la UEFA. Tras invertir muchas horas en estudiar vídeos y más vídeos para tratar de conseguir el disparo imparable en una pena máxima, ésta es su recomendación: coger carrerilla cinco o seis pasos desde el borde del área, golpear el esférico a una velocidad de 105km/h o más con un ángulo de 20 a 30 grados y de esta forma el balón cruza la línea de gol a 0,5 metros por debajo del larguero, a la misma distancia de cada uno de los palos.

El profesor Tim Cable, director de ciencias y deportes de la Universidad y conocido por sus investigaciones en el ámbito deportivo, se vanaglorió al respecto al declarar que «hay muchos factores que intervienen en el penalti perfecto, pero finalmente los hemos descubierto».

¿Será de verdad la solución definitiva? Lo decimos porque estos mismos investigadores ya anunciaron hace dos años haber dado con la clave. ¿Cuál? Tomen nota los especialistas: (((X+Y+S)/2)x((T+I+2B)/4))+(V/2)-1. En resumen, que todo se traducía en coger entre cuatro y seis pasos y nunca más de diez, impulsar el balón con una velocidad entre 26 y 29 metros por segundo, y no tomarse más de tres segundos entre observar al portero rival y golpear la pelota.

Pero si estos consejos resultan demasiado complicados como para pensar en ellos durante esos no más de tres segundos de nervios, a lo mejor la solución ideal es la aportada también hace un par de años por un profesor universitario israelí, Mijael Bar Eli. Tan sencillo como asegurar que «no ha nacido aún el portero que pueda parar un penalti a la escuadra». Y es que, según él, el 95% de los guardametas se lanzan hacia una de las esquinas inferiores de la portería.

Así que ni penaltis al tan imitado estilo Panenka en la Eurocopa de 1976 ante Alemania, ni penaltis al estilo Johan Cruyff, en el Ajax de 1982, asistiendo a su compañero Jesper Olsen que se la devolvió para que anotase. El penalti perfecto, disparar a la escuadra.

¿Y quién inventó el penalti?

Pero ¿y quién inventó el penalti? Pues el honor -o deshonor si lo vemos desde la perspectiva del portero- se lo debemos a William McCrum, un irlandés originario de Milford, que actuaba de cancerbero del equipo local, allá en 1880, cuando este deporte era practicado por gentlemen.

Poco a poco la agresividad y las faltas fueron ganando terreno, lo que llevó a este hombre a pensar en la idea del penalti y aplicarlo en los partidos en que jugaba su club. Más tarde lo propuso a la Federación Irlandesa, ésta a la International Football Board y, a pesar de las reticencias iniciales, el 2 de junio de 1891 se adoptó la medida de manera general. Y las tandas de penaltis para resolver un empate no llegaron hasta 1970. Eso sí, el bueno de McCrum no tuvo un final tan feliz: murió sólo y pobre en 1932.

 
EL PRIMERO

No está claro quién marcó el primer penalti oficial, pero se apunta a John Heath, el 14 de setiembre de 1891; otros apuntan al escocés Alexander McColl, en agosto de ese año.

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