El instinto de supervivencia que le ha servido en otras ocasiones para salvarse de situaciones límite, como el riesgo de desaparición tras la etapa Piterman, es a lo único a lo que se puede agarrar ahora mismo un Deportivo Alavés que atraviesa el momento deportivo más crítico de su historia moderna. Y es que los cinco puntos de desventaja que actualmente tiene sobre la salvación, seis si tenemos en cuenta que tiene perdido el gol average con Las Palmas y Córdoba, es la mayor diferencia que el equipo gasteiztarra ha manejado desde que regresó a Segunda hace catorce temporadas.

Cuando parece que en lo económico y lo social las cosas están bien encaminadas -el club va a firmar el acuerdo con sus acreedores a finales de mes- los 31 puntos que el equipo cuenta tras 31 jornadas lo colocan más cerca de nunca de la Segunda B, lo que podría suponer un golpe definitivo a sus más de ochenta años de historia.

Echando un vistazo al pasado, los peores números hasta la fecha son los de la temporada pasada, en la que los albiazules contaban con cinco puntos más que los que tiene actualmente y en la que sufrieron hasta la última jornada.

Los cambios de entrenadores han sido estériles y el equipo sigue sin poder poner freno a la sangría defensiva -es el segundo equipo más goleado sólo por delante de su próximo rival, el Sevilla Atlético-; y a la plaga de lesiones -no ha podido contar casi en toda la temporada con Fagoaga y Cabrera y ahora tiene lesionados además a Pery Martínez y Garitano-.

Precedentes para la fe

El punto conseguido de quince posibles tras ganar a la Real no da pie a ser optimistas, mucho menos tras la nefasta imagen de Elche, pero con el aliciente de convertir la visita a Sevilla en punto de inflexión, existen precedentes y motivos para la fe.

Al margen de que casi nunca los cuatro equipos que han ocupado el descenso a estas alturas de campeonato han descendido, existen tres casos a los que aferrarse. El Xerez la pasada temporada, el Levante en la 2001-2002 y el Eibar de Barasoain en la 98-99 consiguieron levantar una situación al menos tan complicada como la actual del Alavés. El objetivo es claro; ganar seis o siete partidos de los once que restan.