El presidente moldavo acusa a la oposición de intentar dar un golpe de Estado
El presidente de Moldavia acusó a la oposición de intentar dar un golpe de Estado violento. Las protestas por la victoria electoral del Partido Comunista degeneraron en altercados y los manifestantes asaltaron el Parlamento, donde murió una joven, y la oficina del presidente.GARA |
Unos 10.000 manifestantes se concentraron ayer por segundo día consecutivo en la capital moldava después de que el Partido Comunista, que lidera el veterano presidente Vladimir Voronin, consiguiera una clara victoria en las elecciones parlamentarias del domingo. De acuerdo con los últimos resultados oficiales, con el 97,62% de los votos escrutados, el Partido Comunista (PCRM) se hizo con el 50% de los votos, mientras que el Partido Liberal (PL), obtuvo el 12,75%, el Partido Liberal Democrático (PLDM), el 12,26%, y la alianza Nuestra Moldavia (AMN), el 9,82%, en torno al 35% en conjunto, lo que equivale a 40 de los 101 escaños.
Sin embargo, los manifestantes denuncian que la votación fue fraudulenta por lo que se enfrentaron a la Policía y consiguieron irrumpir en la planta baja del Parlamento a través de sus ventanas, por las que a continuación lanzaron ordenadores, muebles y otro material a las calles, donde apilaron todo y prendieron fuego. También se provocó algún incendio en el interior del edificio, como se podía ver a través de las ventanas. Una joven murió en su interior por inhalación de humo, según la televisión, y decenas resultaron heridas en los disturbios, dos de ellos de gravedad.
Los líderes de los tres principales partidos de la oposición condenaron la violencia y exigieron que se convoquen nuevas elecciones para resolver la confrontación con Voronin.
«Todo lo que hemos visto en las últimas 24 horas no puede ser descrito de otra forma que como un golpe de Estado», afirmó Voronin en una declaración televisada. «Las autoridades de Moldavia no permitirán que grupo fascistas intoxicados con odio pisoteen nuestra democracia», advirtió, y añadió que los líderes de la oposición «se han embarcado en un camino para tomar violentamente el poder».
Voronin hizo estas declaraciones tras reunirse con los líderes de los tres partidos opositores que lograron representación parlamentaria, quienes desmintieron las informaciones publicadas por las agencias rusas de que hubieran llegado a un acuerdo con el Gobierno para realizar un nuevo recuento.
El presidente aseguró que las autoridades «defenderán con dureza la soberanía del Estado moldavo». Sostuvo que «los instrumentos democráticos no sirven en una situación de golpe de Estado» y que «las autoridades defenderán el país y la elección democrática de su pueblo de los participantes en los pogromos».
Además, pidió ayuda a Occidente para restablecer el orden, según la agencia rusa Interfax. Además, Moldavia llamó a consultas a su embajador en Rumanía, a la que determinados círculos responsabilizan de los violentos incidentes.
Llamamiento a la calma
Los líderes opositores pidieron el cese de la violencia, después de que los manifestantes encendieran una hoguera frente al Parlamento con el material que habían tirado a la calle y de que provocaran fuego en su interior.
«Tenemos que parar esta violencia -dijo el líder del Partido Liberal y alcalde de Chisinau, Dorin Chirtoaca (Partido Liberal)- garantizar el derecho a un recuento de los votos. Y exigimos el derecho a manifestarnos pacíficamente». Vlad Filat (Partido Liberal Democrático) señaló, por su parte, que la protesta fue espontánea y «resultado de las arbitrariedades y violaciones de los derechos humanos cometidos durante los ocho años de poder comunista».
Al final del día, unas 5.000 personas se encontraban todavía frente al Parlamento.
Aunque el presidente no puede optar a un tercer mandato consecutivo, algunos analistas creen que intentará ocupar otro cargo importante, como la Presidencia del Parlamento. La ventaja obtenida por los comunistas en las elecciones les sitúa muy cerca de garantizarse los 61 votos necesarios, de entre los 101 escaños, para que su candidato sea elegido presidente.
Moldavia es una de las seis antiguas repúblicas soviéticas con las que la Unión Europea espera estrechar sus relaciones políticas y económicas a través del Partenariado Oriental.
La oposición, que demanda la reunificación de Moldavia con Rumanía, denuncia fraude en las elecciones del domingo, cuya limpieza fue confirmada por la OSCE. Se niega a reconocer los resultados y exige la repetición de los comicios.
Las elecciones mostraron la polarización de la sociedad en dos bloques, los votantes mayores y de zonas rurales, que ven a los comunistas como garantes de la estabilidad, y los que se identifican con los partidos liberales y prooccidentales que buscan acercarse a Rumanía.