Maite SOROA
Una cuesti�n de venganza
Ahora que se cumplen veinte a�os del inicio de la dispersi�n de presos pol�ticos vascos se siguen alzando las voces de los te�ricos de la venganza contra las personas m�s indefensas: quienes sufren prisi�n.
Cayetano Gonz�lez, edec�n en su d�a del ministro del Interior insist�a en �Periodista Digital� en el valor instrumental de los presos como rehenes: �La pol�tica penitenciaria en relaci�n a los presos de ETA debe de ser considerada como un instrumento m�s de los que dispone el Gobierno en la lucha antiterrorista�. Y luego se pone a faltar a la verdad: �Ninguna disposici�n de nuestro ordenamiento jur�dico establece que los presos de la banda terrorista tengan que cumplir sus penas en c�rceles cercanas a sus lugares de origen o residencia. Tan legal es que est�n a 100 como a 800 kil�metros de San Sebasti�n, de Bilbao o de Vitoria. Y las penas por sus cr�menes se pueden cumplir igual en la c�rcel canaria de Salto del Negro o en la guipuzcoana de Villabona�. Vayamos por partes: el reglamento penitenciario s� establece que los presos deben cumplir condena lo m�s cerca posible e sus domicilios y, adem�s, en Villabona (Gipuzkoa) no hay c�rcel. La c�rcel a la que el columnista se refiere se encuentra un poco m�s lejos �de San Sebasti�n�, en Asturias.
El asunto es que, insiste Cayetano, �la cuesti�n de fondo es que la pol�tica penitenciaria tiene que servir para buscar la derrota de ETA y no para otra cosa�. Muestra sus dudas ante el acercamiento de ciertos presos a Zaragoza y sit�a el origen de la falta de credibilidad que imputa al Gobierno de ZP en el proceso negociador de la pasada legislatura, y contin�a: �no acaba de dejar de flotar en el ambiente la sospecha de que si pudiera, Zapatero volver�a a intentar otro proceso de di�logo/negociaci�n con la banda terrorista�. Por eso insiste: �Para disipar todas esas dudas y desconfianzas, nada mejor que los hechos�. El primero de los �hechos� es el intento de retirar las peque�as ayudas a las familias de presas y presos. Eso, dice Cayetano, �va en la buena direcci�n�. Pues que pregunte en Euskal Herria.