Que las fuerzas armadas al servicio del Gobierno fascista español alarguen sus correas un poquito a la vez que la primavera despliega más claros que sombras es ya tradición. Fue ver los primeros rayos de sol y comenzar a toparnos con el arco iris en las carreteras vascas, sesenta, puede ser verde, cuarenta, o puede que sean azules, apostados en plena curva, veinte, aparque a la derecha. ¿Sera tradición?

Lo que sí que viene convirtiéndose en tradición por estas fechas de procesiones y cristos varios es que en esta nuestra zona de Bortziriak se suelten el pelo los mismos que ponen los controles en las carreteras. O los sueltan pedo. No sé, pero en Semana Santa siempre la suelen liar.

Lo que sé es que incontrolados (lo dudo, pero vamos a llamarles así) han adornado la entrada a Lesaka con frases del tipo «Portu Sarasola paredón», «La falange os vigila, viva Cristo Rey» y alguna que otra perla más del mismo pelo.

Pero parece que los incontrolados, que todos sabemos de sobra quién controla y quién paga su sueldo, redondearon su faena en la tapia que antaño hacia de monumento a los caídos por Dios y por España en Lesaka, en la cuesta que lleva a la iglesia al ladito del tanatorio, donde, en spray negro, se puede leer lo que a continuación reproduzco: «Silveiras maketos RIP», «Guerrilleros cristo rey». Las flechas y el yugo de la falange también están dibujados, bien grandes.

Así pues, comenzó la Semana santa, que es más santa que pa'ke, en estos lares en los que en los últimos años la guerra se instala cada vez más obviamente.

El miedo no comienza hoy, miedo siempre hemos tenido, ¡como pa'no! Gente armada y sin cerebro paseando a sus anchas por los pueblos es como para tener miedo. Pero no como para temer al miedo. No. Cosa que a estos rambitos de Cristo rey con certeza no les pasa. Siempre es mejor que te vayan a visitar a la cárcel a que te lleven flores a la tumba.

O que habiendo llegado aquí a sembrar el terror siendo héroes en tierras lejanas en las que nacieron tengan que volver mientras dice la Chacón que nos volvemos a casa. Y es que el verdadero miedo, el pánico de estos rambitos de cristo rey radica en la paz. Lo que sea antes de vivir en paz, lo que sea antes de dejarnos vivir en paz.

Pero nosotros hace ya tiempo decidimos que nuestro futuro pasa por ser libres y vivir en paz, y ni estos tarumbas ni nadie van a poder parar las ansias de paz y libertad que en este tan sufrido pueblo por fín afloran. Que se vayan. Que se vayan a la mierda porque gente así no la queremos para nosotros pero tampoco la queremos para nadie.

Que se vayan. Que nos dejen tranquilos. Si tantas ganas de guerra tienen que se vayan a Irak, a Afganistán; con un poco de suerte puede que los repatríen a cada uno en su ataúd e incluso puede que lleguen enteros, en ataúd.