El cine foráneo lleva tiempo interesándose por el camino de Santiago más allá de lo puramente religioso. Era hora ya de que en el mercado interior alguien se decidiera a emprender, cámara en mano, la ruta jacobea. Roberto Santiago cuenta ya con experiencia para adentrarse en un retrato colectivo e itinerante. Ha vuelto a confiar en un reparto similar al de sus anteriores trabajos. Por tercera vez consecutiva emplea a Fernando Tejero como enganche, en torno al cual reúne una serie de rostros conocidos que saben reflejar el humor costumbrista, especialmente Malena Alterio y Javier Gutiérrez. A ellos se suma el argentino Diego Peretti, conocido por las comedias de su país «No sos vos, soy yo» y «¿Quién dice que es fácil?». Peretti traza la caricatura de un consejero psicológico que practica terapias para parejas y entre ellas hay una que consiste en utilizar el camino de Santiago para conocerse y mejorar la convivencia. En su grupo de peregrinos se cuelan una periodista y un fotógrafo, los cuales se hacen pasar por pareja sentimental con tal de realizar un reportaje sensacionalista acerca del controvertido gurú. Tener que fingir esa unión, incluyendo las pernoctaciones, hará surgir en los dos infiltrados sentimientos encontrados.