La gestión de la pesquería en tiempo de crisis
La crisis económica está en el origen del conflicto que enfrenta a los arrantzales del puerto de Donibane Lohizune-Ziburu con la Cámara de Comercio de Baiona. La cooperativa Logicoop, que agrupa a armadores de barcos de pequeñas dimensiones, ha decidido hacer frente a la crisis por la que atraviesa el sector vendiendo el pescado directamente a los consumidores. Los «ridículos» precios que se les fijan en la subasta les han empujado a saltarse a los intermediarios y hacer llegar la mercancía desde los barcos a los compradores. Tratan así de conseguir que sus artes de pesca, respetuosas con los recursos del mar, puedan seguir siendo un medio de vida rentable. La iniciativa, que camina en la línea que hace algunas semanas defendieron en Bilbo asociaciones de baserritarras y consumidores abogando por un sistema de comercialización menos viciado por los intermediarios y más respetuoso con los productores, ha colisionado con la citada Cámara de Comercio e Industria de Baiona, encargada de la gestión del puerto. Ambas partes se han enzarzado en lo que no dudan en calificar de «guerra abierta», hasta el punto de llegar a los tribunales. No cabe duda de que lo que subyace a este conflicto es el choque de dos formas diametralmente opuestas de gestionar la pesquería, y que harán falta grandes dosis de buena voluntad por las dos partes para conseguir que ambas coexistan.