Las cimas de los montes se utilizan como moneda de cambio para recoger subvenciones
La instalación de aerogeneradores en los montes alaveses nació con la planificación que el Gobierno de Lakua realizó a través de su Plan Territorial Sectorial. La Sierra de Arkamo parece ser el próximo blanco. Aún así, los molinos no paliarán los problemas energéticos.
Zuriñe ETXEBERRIA
La sierra de Arkamo se encuentra en el punto de mira, y es que, si el Gobierno de Lakua sigue adelante con sus planes, sobre su cumbre se extenderá una gran barrera de aerogeneradores. Al igual que esta sierra, Zanpazu en la zona de Amurrio, Motxotegi en Legutio y otras montañas más pueden ser objetivos marcados para nuevos parques eólicos. El proyecto de «industrialización» de los montes de Araba nació con la planificación que Lakua realizó a través de su Plan Territorial Sectorial (PTS), como explica Koldo Ortiz de Ginea, portavoz de Mendiak Aske. Ante la instalación de los aerogeneradores, tanto las Juntas Generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa como el Parlamento de Gasteiz pidieron la revisión de ese plan. Y, tras la revisión, las tres diputaciones firmaron un documento conjunto en el que se recogía que «los planes de industrialización de los montes no se adecúan» a las normas ambientales vigentes.
Pese a todo, hoy por hoy, comenta Ortiz de Ginea, nos encontramos con que el Gobierno de Lakua ha hecho caso omiso a la petición de las diputaciones y, además, ya ha adjudicado a varias empresas los parques donde pretenden instalar los molinos de viento. El portavoz de Mendiak Aske se preguntaba por el porqué de «ese maltrato» de zonas vírgenes y sin deteriorar, ya que es en las cumbres de montaña donde mejor se aprecia la biodiversidad de los ecosistemas.
Llama la atención que Lakua adjudicó la central eólica de Arkamo a la empresa ORISOL Corporación Energética SA, que pertenece al grupo empresarial propietario de Aernova (antigua Gamesa Aeronáutica). ORISOL es una empresa con sede en Toledo y controlada por la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha, entidad recientemente «rescatada» por el Gobierno español ante su falta de liquidez. Ana Agirre, hasta ahora Consejera de Industria, Comercio y Turismo, justificaba ante el Parlamento de Gasteiz la participación de esta entidad financiera de esta manera: «Las entidades financieras, lógicamente, no van a apostar, o no van a incorporar o poner su dinero en aquellos proyectos en los que no entiendan que hay una determinada rentabilidad». Por esta misma razón, desde Mendiak Aske afirman que, «efectivamente, son criterios de rentabilidad económica los que están detrás de los proyectos de destrucción de nuestro entorno natural, y no ningún otro».
Energía para medio año
La producción energética de las centrales eólicas «es mínima» y «no podemos creer que solucionan el problema energético» de la sociedad, decía Ortiz de Ginea. La cantidad de energía que producen todos los molinos que en estos momentos existen en diferentes montes alaveses es de alrededor de un 1,5% sobre el total del herrialde. Teniendo en cuenta que el aumento de consumo anual supera esta cifra en un 3,5%, sólo se abastecería la demanda de consumo de medio año. Está claro que no solucionan el problema, aunque lo palían mínimamente, y hay que tener en cuenta el «destrozo que suponen», como insiste el portavoz de Mendiak Aske.
La colocación de los molinos trae consigo unos socavones de 500 metros cúbicos, plataformas de 1.500 metros cuadrados para poder colocar las grúas que eleven los aerogeneradores, grandes pistas para subir el material, zanjas para la evacuación de energía y un sinfín de destrozos más. La propia construcción de un parque eólico es «contaminante», al margen de la mortandad que ocasionan en las aves, que es «imposible de solucionar», recuerda Ortiz de Ginea.
Lo que es seguro, es que este tipo de energía no es, ni mucho menos, sustitutiva, sino que se trata de algo complementario y simplemente se suma a las «tradicionales». Al estar fuertemente subvencionado con dinero público, es un «negocio e importa poco o nada que los aerogeneradores produzcan mucho o poco, porque cada Kw está subvencionado», lamenta Ortiz de Ginea, quien considera que la riqueza paisajística de los montes de Araba no puede utilizarse como «moneda de cambio» para el enriquecimiento financiero. «La desconsideración del Gobierno de Lakua con nuestro herrialde y sus ecosistemas le lleva a cometer todo tipo de irregularidades», afirma tajante.