Trescientas personas se manifestaron ayer en el campo de refugiados 27 de febrero para expresar su solidaridad con los dos jóvenes heridos el viernes por la explosión de una mina antipersona frente al muro levantado por Marruecos que separa ambas partes del Sahara Occidental, y exigir su derribo.

Un joven saharaui de 16 años perdió su pierna derecha y otro de 21 resultó herido en los ojos al estallar una mina durante una protesta de unos 2.500 activistas de diferentes países que se acercaron al muro para reclamar el fin de la ocupación de la antigua colonia española.

Pese a la intervención de los guardias desarmados del Frente Polisario, la marcha superó el perímetro de seguridad marcado por el Frente, derribó la alambrada colocada a 150 metros, y un pequeño grupo de jóvenes logró entrar en el campo minado situado ante el muro, momento en el que estalló el artefacto.

Rabat instó ayer a la ONU a «asumir responsabilidades y adoptar las medidas pertinentes» ante lo que considera una «violación del alto el fuego» por parte del Frente Polisario que, según su versión, efectuó «múltiples disparos», algo que las autoridades saharauis niegan.

Fin de la huelga de hambre

También el viernes, los tres presos saharauis en que mantenían una huelga de hambre desde hacía 57 días y de sed desde cinco días antes pusieron fin a su protesta tras las promesas de los responsables de la prisión de Marrakesh de satisfacer algunas de sus demandas y la petición de organizaciones saharauis de que sigan luchando por su derecho a la vida.