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El yuan quiere destronar al dólar en el mercado internacional

China busca que el yuan juegue un mayor papel en el comercio mundial, pero podría demorarse años, e incluso décadas, imponerlo como una moneda internacional que desafíe al dólar, subrayan economistas. «Una moneda sólo se torna popular cuando es ampliamente utilizada y los gastos de transacción son bajos», indicó Ben Simpfendorfer, economista en Hong Kong del Royal Bank of Scotland.
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El deseo de Beijing de sustituir el dólar por el yuan en el mercado internacional se manifestó estas últimas semanas en una serie de acuerdos de créditos cruzados -swap- y en las críticas al actual sistema financiero mundial, que depende de la divisa estadounidense, por el gobernador del banco central chino. «Vemos que el peso interna- cional del renminbi (otra denominación del yuan) aumenta», señaló Zhang Taowei, profesor del centro de estudios financieros de la Universidad Tsinghua de Beijing, tras el último acuerdo de swap.

Por ahora, el renminbi sólo puede desempeñar un papel menor, en parte porque no es convertible en la cuenta de capital -que mide las transferencias de capital y las transacciones de activos no financieros no producidos, como los derechos de autor-. Esto dificulta los flujos de dinero entre China y el exterior, por ejemplo para inversiones en acciones u obligaciones. Pero China podría reconsiderar el papel del renminbi en la cuenta de capital, alentada por su desconfianza frente al billete verde.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, confesó en marzo su preocupación por las gigantescas inversiones en dólares de su país. Desde diciembre, China se encamina hacia una mayor utilización de su moneda en los intercambios comerciales.

Su banco central ha firmado seis acuerdos de swap con sus homólogos de Corea del Sur, Hong Kong, Malasia, Bielorrusia, Indonesia y Argentina, por un total de 650.000 millones de yuanes (71.700 millones de euros). Los importadores de estos países podrán pedir prestado yuanes al banco central para comprar productos en China y limitar así los efectos de las fluctuaciones de los tipos de cambio del dólar.

«Llevará años»

Con la misma meta, Beijing anunció el lanzamiento a título experimental de intercambios comerciales en yuanes entre cinco ciudades del este y el sur del país, todas bastiones del comercio chino, y el extranjero. «Los hechos sugieren que el banco central querría que se recurriera más al yuan para el comercio con el extranjero», comentó Ben Simpfendorfer, economista en Hong Kong del Royal Bank of Scotland. «Esto no va a suceder de la noche a la mañana. Llevará años. No obstante, podría ocurrir antes de lo que pensamos», añadió.

El reciente apoyo de algunas economías emergentes a la idea podría acelerar el proceso.

En un sistema donde perdura la supremacía del dólar, «los mercados emergentes casi no tienen voz sobre el tema», subrayó Lu Zhengwei, del Industrial Bank. No obstante, Lu no cree que el dólar pueda ser destronado pronto. «Teóricamente, es una buena idea. En realidad, difícil de aplicar», dijo. «Esto puede lanzar la discusión, pero no será aplicado de manera efectiva en un futuro cercano», estimó.

La internacionalización del yuan podría llevar de diez a treinta años, subrayó la agencia oficial China Nueva. «Una moneda sólo se torna popular cuando es ampliamente utilizada y los gastos de transacción son bajos», indicó Simpfendorfer. «China tiene una ventaja: es un país de comercio importante. Pero tiene que consumir más productos importados», dijo.

El primer ministro Jiabao indica que la economía muestra indicios de recuperación

La economía China ya muestra indicadores de recuperación de la crisis financiera mundial, aunque todavía enfrenta grandes retos, según declaró el primer ministro chino, Wen Jiabao.

Wen indicó que se debe a que los economistas del gigante asiático han actuado rápidamente para evitar que la tercera economía mundial se resienta de la recesión financiera. «La política del Gobierno chino ha sido oportuna, correcta, y decisiva», precisó el primer ministro. No obstante, recordó que a pesar de este pequeño avance, «todos sabemos que nuestra economía aún enfrenta algunas dificultades muy grandes».

China, la única de las cinco grandes potencias mundiales que todavía sigue creciendo, recibió un duro golpe al ver mermadas sus exportaciones, por lo que tuvo que poner en marcha un plan de estímulo económico de 443.500 millones de euros. En marzo las exportaciones siguieron con su tónica descendente y cayeron un 17,1%, aunque la cifra fue comparativamente mejor que el desplome del 25,7% registrado en febrero, en la que fue la caída más grave en más de una década.

La relativa mejoría de las exportaciones, que llevan cayendo cinco meses consecutivos y que en marzo totalizaron 68.749 millones de euros, ha sido interpretada por los analistas como una posible señal de que lo peor de la crisis, en lo que a China se refiere al menos, ya ha pasado.

Esta idea ya había sido recogida, hace un par de días, por el Banco Mundial, que en su último informe semestral afirma que el gigante asiático dará muestras de recuperación en el segundo semestre del año, pudiendo, incluso, ayudar a recuperarse a los países de la región. GARA

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